Fotos: Sonido La Changa
La vida en los barrios populares de la CDMX no sería la misma sin los sonideros.
La vida en los barrios populares de la CDMX no sería la misma sin los sonideros. Son parte de la cultura y de una tradición sonora que identifica una parte de muchos barrios chilangos. Los sonideros están en los eventos familiares y reúnen a las personas en torno a la música, el baile y la combinación de muchos factores que la hacen especial.
Por fortuna ya se ha aceptado la herencia cultural de los sonideros, la forma de apropiarse de la música, de la calle y de los sonidos del barrio que conforman toda una identidad popular única de la Ciudad de México.
Y ya es patrimonio cultural inmaterial que se expresa en el espacio público, ya que los sonideros involucran el ejercicio del Derecho a la Cultura, el Derecho a la Ciudad plasmado en la Constitución Política de la Ciudad de México como un derecho colectivo que garantiza la función social de la ciudad, así como su gestión democrática y asegura la justicia territorial, la inclusión social y la distribución equitativa de bienes públicos con la participación de la ciudadanía.
Los sonideros contribuyen a democratizar el espacio público y a resignificar el espacio común y cualquier regulación de esa actividad debe de cruzar por un enfoque de derechos culturales.
El uso colectivo de los espacios para la música y el baile contribuyen a reivindicar el derecho a la cultura y sus componentes en condiciones de igualdad, con lo que las personas pueden participar en espacios que sean de su interés y no bajo una definición hegemónica de lo que debe o no ser “arte” o “cultura”.
La medida legislativa permitirá procurar los sonideros como parte de una política permanente de conservación cultural y difusión con el fin de preservarlos en las 16 Alcaldías.
En ese sentido, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) reconoce en la aprobación del dictamen de modificación a la Ley de Fomento Cultural de la Ciudad de México hecha por el Pleno, el pasado 30 de mayo, un avance para la visibilidad y valorización de esta expresión cultural inmaterial que viste y alegra a nuestra capital. La medida legislativa permitirá procurar los sonideros como parte de una política permanente de conservación cultural y difusión.
Así pues, los sonideros demuestran el enfoque local y territorial de un espacio comunitario; es la muestra de la forma en que lo cotidiano transforma la realidad, constituye la memoria colectiva y garantiza que estos espectáculos continúen fomentándose y celebrándose por las distintas personas que conforman la Ciudad.