Fotos: INAH
Este reconocimiento fue entregado en Francia por el increíble trabajo de arqueología subacuática.
Unesco otorgó el distintivo de “Mejores Prácticas” al Proyecto Arqueológico Subacuático que se lleva a cabo en Tulum, Quintana Roo, por la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este reconocimiento fue otorgado en París, Francia, durante la novena reunión de los Estados Partes de la Convención 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.
Dicha designación fue evaluada por el Consejo Consultivo Científico y Técnico (STAB, por sus siglas en inglés) de la Convención Unesco 2001; y se basó en la contribución en torno a la investigación sobre la prehistoria en México, con enfoque en la península de Yucatán, el estudio de sus sistemas kársticos, de los primeros pobladores y los cambios en el clima.
Sobre todo porque esta investigación ha destacado muchos aspectos en cuanto al trabajo de registro submarino, el cual posibilita el acceso igualitario al patrimonio cultural subacuático, a través de su puesta en valor virtual con tecnología de vanguardia, así como los vinculados a la conservación y protección.
Este reconocimiento es el cuarto proyecto mexicano en recibir la distinción; antes fueron reconocidos el Museo de Arqueología Subacuática (Marsub), Fuerte de San José El Alto, en Campeche; el Proyecto Patrimonio Cultural Subacuático en el Banco Chinchorro, en Quintana Roo; y el Proyecto Patrimonio Cultural Subacuático en el Nevado de Toluca, en Estado de México, este último en la categoría de Mejores Prácticas Archivadas de la Unesco.
De acuerdo con la representante de México en la reunión de Estados Partes de la Convención 2001 de la Unesco, Helena Barba-Meinecke, este proyecto representa una riqueza biocultural, que permite la investigación paleontológica de animales que vivieron hace 40,000 a 10,000 años antes del presente, además de ser el lugar donde se registró el hallazgo del esqueleto humano de “Naia”, la osamenta más completa y entre las más antiguas recuperadas en el continente americano.
Este reconocimiento posiciona a nuestro país ante el mundo como una nación comprometida con la salvaguardia del patrimonio biocultural sumergido. “Se premia la accesibilidad virtual que el público tiene respecto a la exploración científica, así como el trabajo de más de 50 investigadores de México, Estados Unidos, Canadá y Dinamarca, quienes han participado en el proyecto”, comentó.
Esta investigación se lleva a cabo en el cenote Hoyo Negro, que tiene 62 metros de diámetro y 55 metros de profundidad, fue descubierto en 2007, por los espeleobuzos Alejandro Álvarez, Alberto Nava Blank y Franco Attolini. El proyecto de investigación comenzó en 2011, y a lo largo de los años se han reportado hallazgos como la referida “Naia”, cuyo esqueleto corresponde a una joven que murió cuando tenía entre 15 y 17 años de edad, y vivió hace casi 13,000 años. También, se identificaron más de 50 especies de animales que habitaron durante el Pleistoceno Superior.
Asimismo, destacan los restos de tigre dientes de sable, gonfoterio, diversas especies de perezosos, entre ellas, una nueva especie de perezoso gigante de tierra, osos, armadillos, tapires, entre otras; de estas especies, ocho están extintas y las demás han sobrevivido gracias a su adaptación al medio.