Foto destacada: Janeth Charris
Conoce las diferencias que hay entre los geoglifos y los petroglifos.
Los geoglifos y los petroglifos son bastante parecidos, pero no son lo mismo. Comprender las definiciones puede resultar un poco confuso al inicio, pero en realidad es bastante sencillo de distinguir. Podríamos decir que la semejanza que hay en los geoglifos con los petroglifos, es que ambos se caracterizan por ser la creación humana de diversas figuras, regularmente con mucho tiempo de antigüedad.
Una de las grandes diferencias entre ambos, es en el lugar en donde se plasman las imágenes, el tamaño de las mismas y las técnicas empleadas para hacerlo. En términos modernos podríamos decir que ambas son piezas de arte, pero no es lo mismo hacer un grafiti monumental que hacer una escultura; ya que se necesitan herramientas, técnicas y perspectivas diferentes para llevarlo a cabo.
Los geoglifos se caracterizan por ser figuras dibujadas en laderas de cerros o en planicies; se suelen llevar a cabo mediante la adición o substracción de piedras, agregando o quitando tonalidades y jugando con los fondos en donde se “dibuja”. Con este tipo de representaciones es posible contrastar piedras sobre un fondo claro u oscuro, retirando capas superficiales del terreno y utilizando el material que brinda la naturaleza.
El geoglifo más conocido en todo el mundo son las Líneas de Nazca en Perú. Su mayor característica es que y solo se pueden ver desde la altura, subiendo a una colina o por medio de un sobrevuelo. De hecho, cuando el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe estaba en una colina, fue como pudo darse cuenta, en 1927, de la forma que había en el piso.
Las líneas de Nazca tienen figuras del mono, un colibrí, una araña y un “astronauta”, o un hombre con cabeza de lechuza. Se le llama astronauta, aunque muchos dicen que es un alienígena. En México no hay glifos monumentales, como los de Perú o Chile. Quizá, puede haber algunas creaciones contemporáneas, pero no nos referimos a los nuevos glifos.
¿Geoglifos en México?
Como mencionamos arriba, no existen este tipo de representaciones en el país. Lo que tenemos en México son petroglifos: un registro de actividad humana que se coloca en las rocas. Muchos petroglifos en México datan de hasta 3000 antes de nuestra era, y sobre todo, se caracterizan estar tallados, grabados o cincelados. Los petroglifos suelen ser sinónimo de los grabados rupestres.
Igual que los glifos, son considerados como un tipo de arte rupestre que incluye imágenes grabadas e incluso pintadas sobre superficies rocosas, siempre y cuando se registren rastros de actividad humana antigua. Los petroglifos se hacen mediante el choque de piedras, rayando o alisando superficies, inclusive puliendo las rocas.
Es por eso que los petroglifos son representaciones muy elementales, y solo se ven espirales, círculos, hileras de puntos, triángulos y los más complejos representan figuras antropomórficas o animales. Se han encontrado petroglifos en todos los continentes del planeta y todos son bastante
En México hay muchos lugares con petroglifos. El estado de Baja California cuenta con al menos 16 lugares con vestigios de numerosos campamentos costeros de cazadores-recolectores y pescadores que habitaron esta península en tiempos remotos, en donde abundan diseños geométricos y curvilíneos que datan de hace 3 000 años. Muchos estados del norte tienen este tipo de arte rupestre.
Pero es en la Zona Arqueológica de La Campana, en Colima, donde hay 108 petroglifos de diversos pesos y tamaños, siendo un conjunto que abarca tres milenios. La Campana en uno de los yacimientos más ricos en información pétrea del país y uno de los pocos con evidencia de todas las etapas culturales de Mesoamérica, según el arqueólogo Enrique Martínez Vargas.
En La Campana, es posible ver monos, aves, mariposas, víboras, flores, corazones y rostros antropomorfos. El yacimiento arqueológico de La Campana se localiza en lo que fue el mayor sitio prehispánico habitado del oeste de México. Asimismo, en este lugar hay un parque arqueoecológico con andadores, áreas de descanso y servicios, y un paseo en los márgenes del río Colima, que atraviesa el lugar de norte a sur.