Foto destacada: UNAM
Los alumnos de la UNAM ganan en Robocup 2023 y desarrollan lanzamientos aeroespaciales con tecnología 100% mexicana.
La escuadra que forma parte del Laboratorio de Biorrobótica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, conquistaron dos primeros lugares en la competencia de robótica e inteligencia artificial más importante en el mundo, la RoboCup 2023, en Burdeos, Francia.
Obtuvieron el premio a la mejor navegación, mientras que en Logistics, se llevaron el galardón Exceeding Performance in Challenge Track; en los equipos conformados por alumnos de la Facultad de Ingeniería, del posgrado de Ciencia e Ingeniería en Computación y del posgrado de Ingeniería Eléctrica.
Es la primera vez que alumnos de la UNAM participan en Logistics, con un equipo en colaboración con otras universidades que tienen convenio con la UNAM, así que dos alumnos provenientes de la Universidad de Graz, en Austria, hicieron una estancia en el país, mientras que una de las alumnas de la Facultad estuvo tres semanas en esa institución.
Los alumnos desarrollaron un robot que debía navegar en un ambiente y seguir a una persona, evadir obstáculos, llegar a un lugar desconocido, dejar una bolsa y regresar al origen.
Cohetes con tecnología mexicana
Asimismo, diferentes alumnos de la UNAM construyen un cohete llamado Propulsión UNAM, que lanzó al Xitle durante la Spaceport America Cup, celebrada en Nuevo México, Estados Unidos. Propulsión UNAM, es un equipo integrado por jóvenes de distintas disciplinas, todos ellos interesados en las ciencias aeroespaciales, que nació en 2020, por iniciativa de Omar Córdova Carbajal, alumno de Ingeniería Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería, quien reunió a siete compañeros a fin de crear cohetes con materiales “accesibles y a la mano”.
Esta escuadra universitaria pasó de desarrollar y manufacturar cohetes de cartón e impresión 3D a fabricar bólidos de fibra de carbono y vidrio impulsados con combustibles sólidos o propulsión híbrida. Hoy en día cuentan con un vehículo que llega a velocidades supersónicas gracias a “un sistema de válvulas, sensores y actuadores que controlan un método de propulsión complejo que le permite alcanzar hasta 9 kilómetros de altura”, explicó Omar Córdova.
Propulsión UNAM forma parte de una de las divisiones de la Asociación Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería (AAFI). A la fecha está integrado por 25 miembros y anualmente recluta a más estudiantes de Ciencias de la Computación, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química o Ingeniería Mecatrónica, con el fin de expandir el equipo y desarrollar cohetes de alta potencia cada vez más ambiciosos.
La escuadra universitaria lo diseña todo: computadoras, antenas, bases de lanzamiento y protocolos de seguridad. Hasta el momento, los jóvenes han creado tres generaciones de vehículos lanzadores. La primera se llama Komodo y cuenta con una computadora encargada de registrar los datos y liberar un paracaídas. Sus vehículos son impulsados por motores sólidos a base de nitrato de potasio y pueden elevar hasta un kilogramo a una altura de entre 500 metros y un kilómetro.
Cada año buscan multiplicar su desarrollo por tres, es decir, mientras Komodo alcanzó un kilómetro de altura, el vehículo de la segunda generación –Insurgente– llegó a los tres, además de que fue el primero en usar en su fuselaje materiales compuestos con uniones de aluminio.
Este 2023, Propulsión UNAM desarrolló el primer cohete con motor híbrido construido en su totalidad por estudiantes: “Nada fue comprado, salvo ciertos componentes para la computadora que resultaban difíciles de fabricar. Todo está elaborado 100 por ciento por nosotros”, detalló Sharon Cuallo, estudiante de Ingeniería Mecatrónica.
Se trata de Xitle, de 4.5 metros de longitud y fabricado con fibra de carbono, coples de aluminio, una parte de fibra de vidrio y con combustible a base de óxido nitroso y parafina. Este diseño representa un gran salto tecnológico para el equipo, pues requiere una variedad de válvulas, tuberías, control de fluidos y de instrumentación compleja, además del uso de normas de la American Society for Testing and Materials para el diseño de sistemas ricos en oxígeno.
Con este prototipo, Propulsión UNAM participó en la competencia más grande de cohetería experimental en el mundo: la Spaceport America Cup, celebrada en Nuevo México, Estados Unidos. En dicho certamen figuraron en la categoría de Mayor Dificultad Técnica y obtuvieron el quinto lugar en Mejor Diseño, de entre 150 representativos.
Su próximo objetivo es diseñar y manufacturar un cohete que supere los 100 kilómetros de altura, donde se ubica la línea de Kármán, la cual separa la atmósfera del espacio. Para lograrlo transmitirán todo su conocimiento a las siguientes generaciones que se integren al equipo.