Investigadores han descubierto, en la Acrópolis maya de Ek’ Balam, una serpiente pintada en la tapa de una bóveda que en su momento fue un elemento decorativo de gran importancia para la antigua civilización maya.
El anuncio de este descubrimiento se realizó durante la conferencia de prensa matutina de la Presidencia de México. La conferencia fue encabezada en esta ocasión por la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, quien también presentó los avances de obra del Tramo 4 del Tren Maya. Este tramo abarcará un recorrido de 239 kilómetros, conectando las estaciones de Izamal, en Yucatán, y Cancún Aeropuerto, en Quintana Roo.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, ofreció detalles sobre el reciente descubrimiento de una tapa de bóveda que eleva a 30 el número de estos elementos arquitectónicos documentados a lo largo de los años en el sitio. Estas tapas de bóveda han proporcionado datos cruciales, como los nombres de algunos gobernantes del reino de Talol (Ek’ Balam) y las fechas de construcción de los cuartos del palacio real o Acrópolis.
A diferencia de las tapas de bóveda previamente conocidas, la recientemente encontrada presenta una característica distintiva: está pintada en un tono rojo en lugar de contar con trazos de pintura negra. En la representación, se aprecia un símbolo en forma de “U”, que podría simbolizar una cueva con agua subterránea, quizás aludiendo al inframundo, donde una serpiente parece adentrarse. La representación muestra la cabeza y parte del cuerpo del reptil, lo que podría estar relacionado con el pie serpentino del dios K’awiil. Esta valiosa pieza fue encontrada en una de las estructuras que conforman la majestuosa Acrópolis maya de Ek’ Balam, considerada una de las construcciones más imponentes de toda Mesoamérica.
K’awiil es una enigmática deidad maya que desempeña un papel destacado en la religión y mitología de esta antigua civilización desde el período Clásico Temprano hasta la llegada de los europeos. Su presencia abarca tanto las Tierras Bajas del Sur, Centro y Norte como las Tierras Altas de Guatemala. K’awiil se asocia fuertemente con fenómenos meteorológicos, como relámpagos y lluvias, así como con la fertilidad y la abundancia alimenticia.
El antropólogo explicó que, según lo indicado por los directores del Proyecto Arqueológico Ek’ Balam, Leticia Vargas de la Peña y Víctor Castillo Borges, este hallazgo ofrece valiosa información acerca de los constructores de los recintos de élite en la Plaza Elevada Este de la Acrópolis, incluyendo posibles fechas de construcción. Es relevante mencionar que en esta sección del edificio se han descubierto recientemente fachadas de cuartos adornadas con relieves estucados que representan captores y cautivos.
En el período Posclásico, K’awiil fue conocido como “Bolon Dzacab,” que en maya yucateco significa “Nueve o Muchas Generaciones.” Durante el período Clásico, se le representaba en esculturas de cerámica y murales con el pene o una pierna transformada en serpiente. En los códices, como el Códice Dresde y el Grolier, se le muestra con una nariz larga, bifurcada y adornada, que emerge de su frente.
Las interpretaciones de K’awiil varían entre los autores. Algunos lo consideran el Dios del Rayo y el Fuego, relacionado con los linajes reales y las nuevas generaciones, simbolizando la abundancia, la agricultura y la fertilidad. Otros sugieren que K’awiil podría ser una faceta o desdoblamiento de Chaac, el Dios de la Lluvia, y representar la luminosidad de los rayos y las tormentas.
Ek’ Balam estuvo poblado desde el período Preclásico Medio (300 a.C-300) y continuó habitado hasta la llegada de los españoles; su apogeo fue durante el Clásico Tardío, (770-896) alcanzando un amplio desarrollo con características mayas muy clásicas. Tiene elementos propios de los sitios más sobresalientes, como tres murallas, cinco sak be’oob o caminos mayas, estelas labradas y un juego de pelota. El gobierno de Talol logró un gran poderío gracias al rey Ukit Kan Lek Tok’ y en menor medida por quienes le sucedieron en el trono. En la ciudad, Ek’ Balam, se conjuntaron magníficas y colosales obras arquitectónicas, esculturas, pinturas y objetos de lujo que la élite ostentaba y habían sido creados para ellos por grandes maestros, arquitectos, escultores, pintores–escribas y toda clase de artesanos, dedicados a su creación bajo los auspicios de los gobernantes.