¿Qué significa y cuál es el origen de tener ‘un ojo al gato y otro al garabato’?

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Seguro más de una vez has tenido ‘un ojo al gato y otro al garabato’ y su origen es más curioso de lo que pensabas.

 

El folclor que tenemos en México es uno de los rasgos más distintivos de nuestra cultura, se encuentra en muchas tradiciones comunes y sobre todo en nuestras expresiones. La manera en que hablamos es uno de los rasgos distintivos del español y hace que la lengua en su conjunto se enriquezca. 

En México tenemos frases que necesitan de un contexto específico para poder comprenderlas más asertivamente. Tal es el caso de la palabra “Chale”, cuando algo sale mal o le pasa algo malo a una persona; o quizá frases como “Me va a dar el soponcio” que dicen las abuelas cuando se asustan o se sorprenden por algún acontecimiento negativo. 

De estas expresiones tenemos muchas, pero hay una que es bastante peculiar: “poner un ojo al gato y otro al garabato”. Quizá la escuchaste varias veces esta frase, y aquí te vamos a explicar qué sentido tiene, pues por alguna extraña razón esto tiene qué ver con el vasto mundo de gastronomía, y es una frase que se utilizan para describir una situación cotidiana peculiar. 

Primero, digamos que la frase de “con un ojo al gato y otro al garabato”, explica que en ciertas situaciones se tiene que estar con la atención dividida para estar al pendiente de cualquier cosa. Pero, ¿de dónde proviene o qué significa ‘con un ojo al gato y otro al garabato’?

Porque en un sentido más o menos literal podría pensarse que hay qué poner atención en el gato, quizá molesto y travieso, y otra en una tarea escrita, por ejemplo. Pero resulta que “el garabato” al que se refiere la expresión no se trata de un trazo malhecho; en cambio, se trata de un utensilio de cocina que se utilizaba en el siglo XIX.

Así esto, según una publicación en las redes sociales del Museo Nacional de Antropología, un garabato es un gancho que se utiliza para colgar bolsas de comida; sin embargo, no se trata de un utensilio cualquiera, ya que contaba con una función específica en las cocinas de la época del virreinato: proteger los alimentos.

Parece extraño que haya qué explicar que en la antigüedad no existían refrigeradores o alacenas, en donde hoy conservamos los alimentos normalmente; pero justo, antes esto no existían. Así que un modo de hacer que los alimentos duraran más tiempo era colgarlos de modo que se aireaban para conservarse mejor.

El garabato es una herramienta se empleaba para proteger los alimentos como carne o quesos de las garras de mascotas, específicamente los gatos, que solían entrar a las cocinas. Entonces la frase surgió de las personas que tenían que estar al pendiente del estado de sus alimentos colgados del garabato, ya que los gatos podrían escalar hasta llegar a ellos.

Lo curioso de esto es que el garabato no es una herramienta que se elaboró dentro de tierras mexicanas. Tampoco se sabe de donde salió exactamente o cómo se elaboró el garabato; solo hay registros de que la herramienta ha estado presente desde el siglo XIX dentro de varias ciudades de España como Barcelona.

La Real Academia Española (RAE) define al garabato como un “instrumento de hierro con punta en forma de semicírculo, que sirve para tener colgado algo, o para asirlo o agarrarlo”. Tampoco se sabe exactamente cuándo desapareció el utensilio de las cocinas mexicanas. Pero desde que existen los refrigeradores y los compartimientos especiales para la comida, hay qué tener menos ojo en las mascotas.