Foto destacada: INAH
El registró de estos entierros se dieron en la Plaza Elevada de la Acrópolis en Ek’ Balam.
Un chultún es un sistema de captación y almacenamiento de agua construido por los mayas; se caracteriza por tener una cámara subterránea, y uno de los depósitos más populares fue localizado en la Plaza Elevada Este de la Acrópolis de la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, en Yucatán.
Este depósito es peculiar, ya que fue reutilizado como cámara funeraria, al depositar en su interior los restos de dos individuos, mismos que han sido recuperador por un equipo de la Secretaría de Cultura de Gobierno de México, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Este descubrimiento fue posible gracias a las tareas de salvamento arqueológico efectuadas en los siete tramos del Tren Maya, así como en los avances del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en Edzná, Campeche, dirigido por los arqueólogos Leticia Vargas de la Peña y Víctor R. Castillo Borges quienes, junto con sus colegas Gilberto Dzul May e Isidro Ché Méndez, se han concentrado en la excavación y consolidación en el lado oriente de la Plaza Elevada Este de la Acrópolis.
En dicho sector de Ek’ Balam se hallaron nueve recintos habitacionales de elite, donde se conservaron parcialmente relieves estucados que representan captores y cautivos, mascarones, esteras, además de vestigios de pintura mural.
Asimismo, asociados a este conjunto de cuartos, se hallaron dos depósitos artificiales para agua, uno en el extremo norte y otro en el sur; este último, denominado Chultún 2, y fue convertido en un espacio ritual y depósito mortuorio, rellenado con una capa de tierra, escombro y piedras. El depósito tiene 3 metros de diámetro de depósito y tiene una pequeña escalinata de dos peldaños. El chultún, con forma de campana, cuenta con un diámetro promedio de 2.10 metros y una profundidad de 2.98 metros; y la entrada, 54 centímetros de diámetro.
Al fondo del depósito estaba una piedra cilíndrica pequeña, a manera de altar, en cuya parte superior se localizaron fragmentos de una olla. Al retirar la tierra del interior se halló fragmentada otra pequeña olla de barro y dos trozos de obsidiana. También, se recuperaron los restos óseos de dos individuos de época prehispánica.
Del primero se recobraron huesos sin relación anatómica, mezclados con el relleno de tierra, identificados como un fémur y un húmero, así como parte de una mandíbula y otros fragmentos que fue imposible reconocer por su mal estado de conservación; sin embargo, considerando la robustez y tamaño del fémur, es posible que se haya tratado de una persona adulta de sexo masculino.
Los restos óseos de la segunda persona fueron depositados bocabajo, directamente sobre la superficie del piso de la cámara y cubierto por una capa de tierra. Se trata de un adulto de sexo femenino que, al momento de la muerte, parece haber tenido una edad avanzada y debió tener una altura aproximada de 1.40 metros.
Ahora solo queda hacer estudios más detallados para conocer las características de ambos individuos y la secuencia ocupacional del chultún. Este programa ha contribuido a la exploración y conservación de arquitectura de diverso carácter, función y temporalidad, como las estructuras 414 y 512, la escalinata jeroglífica, el Nohochná, los sacbe’ob (caminos blancos) y la cancha de juego de pelota.
Los trabajos de salvamento arqueológico en el Tren Maya, al corte del 30 de noviembre de 2023, en sus siete tramos se han registrado y preservado 58,044 bienes inmuebles (cimientos, albarradas y basamentos prehispánicos); 1,936 bienes muebles, en su mayoría objetos cerámicos, de los que se han restaurado 1,476 vasijas; 1,407,983 tiestos, 669 osamentas humanas y 2,252 rasgos naturales asociados a asentamientos humanos.