Foto destacada: © La Marmota Azul
Mateo de Gaona es el único hombre del mundo que preserva la música de la Danza del Quetzal.
Don Mateo de Gaona Sánchez es uno de los referentes culturales de Zozocolco de Hidalgo, Veracruz. Tiene quince generaciones de danzantes en su historia, y es el músico responsable de preservar la Danza de los Quetzales, un ritual de los totonacos de Tahuaxni Sur.
Este 2023, don Mateo fue designado Tesoro Humano Vivo. De acuerdo con la Unesco, se trata de personas que poseen en sumo grado los conocimientos y técnicas necesarias para recrear determinados elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Por si esto fuera poco, Mateo de Gaona es el último músico de La danza de los Quetzales de esta población. Se dice que ha memorizado 49 sones que se continúan tocando en ferias y festividades con una flauta y un tambor, en donde los danzarines llevan en la cabeza un tocado grande que representa al Sol.
Don Mateo comenzó en la música desde que tenía ocho años. Él mismo hizo su propia flauta, comenzó a practicar y bailar los sones que se trasmitieron de generacionalmente y de los que no existe ningún tipo de registro musical ni escrito.
Nacido en la comunidad de Zozocolco en 1945, 27 de diciembre, es la única persona que preserva la tradición musical de Veracruz y Puebla. Toca sones de entrada, para el camino, para ir a la iglesia. Esta música es un ritual y recientemente ha sido considerado como tesoro vivo, ya que posee el conocimiento de los 49 sones que ritman La danza de los Quetzales, y que junto con la Danza del palo volador son las que sobreviven en la actualidad.
La danza de los Quetzales, según la investigadora, Estela Vega Deloya, directora de la Consultoría de Investigación y Desarrollo del municipio de Zozocolco, visibiliza la relación que existe entre los hombres y la naturaleza, como expresión de la cercanía de los dioses con los hombres. Las aves, como los quetzales y el papan real, marcan el ritmo del Sol, que a su vez es el tiempo natural del calendario que rige la vida cotidiana de los habitantes de Zozocolco de Hidalgo, Veracruz.
Además de ser músico, es un campesino con el firme compromiso de inculcar a las nuevas generaciones el sentimiento y significado de los sones y la danza, así como el orgullo de formar parte de un pueblo originario; además de dedicarse al diseño y manufactura de los penachos que son parte fundamental de su indumentaria.
Preservar la música es una tarea ardua y que requiere el compromiso de participar en todos los rituales religiosos, con sones de bienvenida, camino y despedida. Pero a lo largo de los años se han pérdida músicos y la danza de los Moros. Es por eso que es un tesoro que parte de los valores identitarios que conforman el patrimonio cultural inmaterial de Veracruz.
