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Esta es la razón por la que cada 6 de enero se celebra la llegada de los tres Reyes Magos, y no de cuatro.
La tradición dicta que los hogares de muchas casas llegan tres Reyes Magos a dejar juguetes a los niños bien portados. La tradición más religiosa habla del recorrido que hicieron Melchor, Gaspar y Baltazar, rumbo al nacimiento del niño dios, a quien le dejan algunos regalos correspondientes a una época de antaño.
En un texto de ficción The Other Wise Man (El otro Rey Mago), escrito por Henry van Dyke en 1895, además de Melchor, Gaspar y Baltazar, existió Artabán; al menos como un personaje del cuento navideño creado por este teólogo presbiteriano estadounidense.
Historia de Artabán
En dicho relato, Artabán era el cuarto Rey Mago que encaminó sus pasos hacia, siempre guiado por el fulgurante mapa celestial, en busca del Niño Jesús, con un diamante protector de la isla de Méroe, un pedazo de jaspe de Chipre, y un fulgurante rubí de las Sirtes como triple ofrenda.
Se dice que Melchor, Gaspar y Baltazar venían desde Europa, Asia y África, respectivamente, con el fin de reunirse en Borsippa, lo que hoy se conoce como Birs Nimrud, Irak. Desde ahí iniciaron el viaje a Belén para llevar una ofrenda al niño Jesús, tal y como dicta la tradición. Artabán, por otra parte, comenzó su viaje desde la zona montañosa de Persia, hoy Irán.
No obstante, cuando iba en camino a Borsippa, vio a un viejo moribundo, curó sus heridas y le ofreció el diamante al viejo como capital para proseguir el camino. Cuando quiso alcanzar al resto de los Reyes Magos, se dio cuenta que lo habían dejado atrás.
Artabán continuó el camino en solitario, pero arribado a Judea, no encontró ni a los Reyes ni al Redentor, sino a las hordas de soldados de Herodes degollando a los recién nacidos. El cuento narra que a uno de los soldados, que sostenía a un niño y una espada, le ofreció un rubí destinado al Hijo de Dios a cambio de la vida del niño. El soldado se negó y el cuarto Rey Mago fue encerrado en un palacio de Jerusalén.
Así que Artabán duró treinta años cautivo, aunque poco a poco se fueron llegando ecos de los prodigios, consejos y promesas de un Mesías que no era sino el Rey de Reyes al que fue a adorar. Despues de su absolución y errando por las calles de Jerusalén, se anunció la crucifixión de Jesucristo; encamina sus pasos al Gólgota para ofrecer la adoración largamente postergada, cuando repara en un mercado en el que una hija es subastada para liquidar las deudas su padre.
Según el cuento, Artabán conoce a Jesucristo hasta que está en la Cruz. Después de 33 años, muy cansado llegó al punto de encuentro y ayudó a que una mujer no fuera vendida. Cuando estaba en el mismo sitio que Jesús, se sentó a descansar afuera de una vieja casa, pero en ese instante la tierra tembló por la crucifixión de Jesucristo y una piedra le golpeó la cabeza.
Así que el relato de la historia se centra en describir la misión del cuarto Rey Mago, Artabán: ayudar a los más necesitados mientras llegaba a Jerusalén.