La esfera roja por los 30 años del Papalote Museo del Niño.
El Papalote Museo del Niño es un museo interactivo asombroso
. Se inauguró el 5 de noviembre de 1993, y hoy en día, el Papalote es un referente de los museos diseñados para un público diverso, que puede tener acceso a los diferentes juegos y piezas del museográficas.
La creación de un museo en México donde los niños obtuvieran conocimientos a través de contenidos atractivos y actividades lúdicas fue una iniciativa propuesta en 1990 por Cecilia Occelli González, quien era primera dama del país en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y que a la fecha funge como presidenta honoraria del museo. Para asegurar la continuidad del proyecto, el museo se fundó como una asociación civil sin fines de lucro, en la que participan el gobierno federal, la iniciativa privada y la sociedad civil.
El terreno donde se edificó el museo era conocido como Rancho del Castillo y Lomas de Santa Ana, ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México; y fue donado por el gobierno del entonces Distrito Federal, entidad que lo obtuvo tras el cierre de la Fábrica Nacional de Vidrio, que operaba desde ese sitio.
El proyecto arquitectónico del Museo del Niño, estuvo a cargo del despacho de arquitectos Legorreta, quienes propusieron una construcción basada en formas geométricas familiares para un niño. La elección del distintivo color azul del edificio busca generar alegría y curiosidad entre los visitantes, además de evocar la cultura mexicana.
El museo del niño de Chapultepec cuenta con trabajo multidisciplinario para desarrollar los contenidos de las exhibiciones nuevas. Se basa en el juego como herramienta principal de aprendizaje, con lo que se pretende reforzar el pensamiento crítico como la actividad que le permite al niño explorar, aprender, desarrollar habilidades y convivir de una mejor manera con su entorno. La propuesta que le dio un giro a la idea de museo en el país, fue la de interacción entre las personas a través de experiencias colectivas, donde tanto los adultos como los niños, pudieran participen y tomar un papel de mediadores.
El Papalote Museo del Niño abrió sus puertas con 290 exhibiciones, mismas que aumentaron hasta llegar a ser cerca de 320. La suma de nuevos contenidos ha implicado la constante renovación del discurso museográfico como del espacio físico. La renovación más profunda de la institución ha sido la del 2014, donde se remodelaron espacios, contenidos y la aplicación de medidas sostenibles en el funcionamiento del museo fueron los ejes principales de este proyecto.
Como parte de la conmemoración del 30 aniversario del Museo que tuvo lugar el año pasado 2023, se decidió llevar a cabo una renovación de la estructura externa del domodigital Citibanamex, cuya supervisión se llevó a cargo de Víctor Legorreta. Al respecto, el arquitecto Legorreta dijo: “Para mi Papalote tiene un significado muy importante ya que fue el primer proyecto en el que colaboré con mi papá, por lo que acepté la invitación, porque me trae muy buenos recuerdos y me hace sentir orgulloso de lo que logramos.”
El desafío que presentaba la renovación del domodigital Citibanamex es que su característica cubierta de azulejos dificultaba el reemplazo de piezas y estaba propiciando filtraciones, tanto por el tiempo transcurrido como por los desajustes que provocan los asentamientos característicos del suelo de la Ciudad de México. La renovación contempló recubrir los azulejos con un procedimiento innovador en materia de impermeabilización de superficies curvas, las cuales presentan gran dificultad por estar sometidas a fuerzas diferenciadas a cada punto de la esfera.
El nuevo sistema de recubrimiento resuelve este problema. Cabe mencionar que el material utilizado fue poliurea, un impermeabilizante de última generación con mayor adhesión a la superficie y soporte de las inclemencias de tiempo y movimiento, creando una membrana resistente e impermeable. Finalmente, con el apoyo del despacho Legorreta + Legorreta se optó por dotar al domodigital Citibanamex de un llamativo y lúdico color rojo como el de una pelota, a fin de que represente el característico punto de destino a visitar, tal y como se observa hoy en día en los mapas digitales, además de responder a los tres colores primarios y figuras básicas que son el concepto original del Museo.