Foto destacada: INAH
Este fascinante retrato de Hernán Cortés ya forma parte del acervo de nuestra nación.
Un retrato del conquistador Hernán Cortés fue donado a tierras mexicanas, por Tatiana Nicoletta Pignatelli Aragona Cortés, una de sus descendientes. El Gobierno de México agradeció a Pignatelli Aragona la entrega voluntaria de esta pintura, que quedará bajo el resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para su análisis, cuidado, conservación y difusión.
Se trata de un hermoso óleo sobre tela que, durante varias generaciones, fue parte de la colección privada de la familia de Hernán Cortés. En dicho retrato, el conquistador aparece de perfil portando media armadura, como un testimonio de la época virreinal, periodo crucial en la historia de México.
“La donación de esta obra es un nuevo logro que se da gracias a los esfuerzos conjuntos de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Cultura, y el INAH. Asimismo, constituye un ejemplo de las buenas prácticas internacionales para contribuir con la conservación de los elementos históricos mexicanos y de la concientización de las y los ciudadanos sobre la importancia de preservar la identidad cultural de nuestra nación” indicó el comunicado.
Al respecto de los descendientes de Hernán Cortés, a pesar de que han pasado casi 500 años de la muerte del conquistador español, aún se tienen identificados a algunos de sus descendientes.
De hecho, en noviembre de 2019, uno de ellos descendientes, Ascanio Pignatelli, visitó la Ciudad de México para una reunión histórica y encontrarse con uno de los descendientes de Moctezuma II, en el mismo punto donde cinco siglos antes, se vieron el tlatoani mexica y el capitán español.
En aquella ocasión, Federico Acosta y Ascanio Pignatelli se dieron la mano y un abrazo en el cruce de las calles República del Salvador y Pino Suárez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. También entraron juntos a la parroquia de la capital mexicana donde se encuentran los restos de Cortés. El encuentro se dio gracias a la iniciativa del cineasta Miguel Gleason para la creación de un documental.
Cortés realizó una exitosa estrategia de aliarse con determinados grupos indígenas para hacerse del control en territorio de la Nueva España. Esto no hubiera sido posible sin la ayuda y su relación con una mujer nativa, doña Marina “La Malinche” que le sirvió de intérprete y con quien tuvo un hijo llamado Martín. Cuando el gobernador de Cuba mandó emisarios para apresar a Cortés, este se enfrentó a ellos y los derrotó, al tiempo que enroló a la tropa que iba a arrestarlo como refuerzos para su expedición.
Asimismo, Cortés mandó varias cartas al rey Carlos I a fin de que fuese reconocido su éxito de conquista en lugar de ser penalizado por su amotinamiento. Finalmente le fue concedido el título de marqués del Valle de Oaxaca, si bien el más prestigioso título de virrey le fue dado a un aristócrata de alto rango, Antonio de Mendoza y Pacheco. En 1541, Cortés retornó a España, donde falleció seis años después.
Si bien Cortés fue el líder de las expediciones de la corona española, Cortés modificó varias veces su testamento para que sus restos tuvieran un peregrinaje por templos y monasterios de México. Su “tumba” terminó en un muro de la iglesia de Jesús de Nazareno, ubicada en República del Salvador 119 en el Centro Histórico CDMX.
