Foto destacada: Lourdes Grobet
Estas fotógrafas mexicanas se han destacado por dejar su esencia en hermosas fotografías.
El problema de hacer listas con las personas, cosas, destinos u objetos, destacados, es que es imposible que se queden atrás que son importantes, como seguramente pasará en esta lista de las fotógrafas mexicanas que han marcado la historia. Una lista no le hará justicia las mujeres que se han destacado y que no mencionamos aquí, y no hay ningún pretexto, es culpa nuestra.
Porque hacer un informe con “lo más destacado” o las que “han marcado la historia” solo refleja un momento específico; pero las mujeres que no están en la lista seguramente también marcaron historia. Esta lista es solo un recordatorio de que cada vez que hacemos una revisión historia lo hacemos desde las perspectivas del momento en que vivimos. Pero no hay qué olvidar, que para hacer nuevas revisiones, es necesario, como afirma Walter Benjamin, “pasarle a la historia un cepillo a contrapelo”.
Lola Álvarez Bravo (1903)
Esta fotógrafa estuvo casada por 9 años con Manuel Álvarez Bravo, de quien tomó sus apellidos, y si bien fue él quien la inició en la fotografía; pero más allá de la anécdota, ella realizó una carrera por su cuenta que fue mucho más larga. De hecho, Lola Álvarez Bravo es considerada pionera en el fotomontaje en México y creo su propio estudio de fotografía. Tuvo una carrera muy activa cerca de 50 años, y en sus imágenes podemos observar fotografías que documentan la vida cotidiana en pueblos rurales de México, retratos de importantes personalidades y artistas de la época, e imágenes arquitectónicas.
Mariana Yampolsky (1925)
Aunque Yampolsky nació en Estados Unidos, esta fotógrafa adoptó México como su país, a través de su lente se ve ese interés por lo mexicano presente en la obra de los fotógrafos extranjeros. A través de sus imágenes es posible acercarnos a grupos marginales, a las diferencias sociales y a la fragilidad humana. Sus fotografías tienen muchas veces un tono nostálgico y al mismo tiempo nos remiten a situaciones que sentimos reales y humanas.
Lourdes Grobet (1940)
Esta prolífica fotógrafa es bien conocida por sus series alrededor de la lucha libre. Pero en su trabajo hay una clara influencia plástica que problematiza la idea de lo mexicano, y Grobet forma parte de la renovación que sufrió la fotografía y el arte mexicano en general en los años sesenta. Además,
siempre ha estado explorando diferentes temáticas visuales como la cultura popular, el nacionalismo y el simbolismo de la tecnología.
Graciela Iturbide (1942)
Iturbide es una cineasta que fue asistente personal de Manuel Álvarez Bravo: el padre de la fotografía mexicana. Con un uso dramático del blanco y negro, Iturbide cubre la vida cotidiana en todo el país con un enfoque particular en el papel y la condición de la mujer en la sociedad mexicana. Su trabajo es bien conocido por todos y hasta la fecha sigue estando activa en muchas exposiciones tanto en Mexico como en otras partes del mundo.
Elsa Medina (1952)
Esta fotoperiodista tiene una amplia carrera en el periódico La Jornada y El Sur, muchas de sus imágenes tienen dos elementos principales: son poéticas y hacen evidente el contexto político y social de México. Elsa Medina es muy conocida y celebrada por sus retratos del terremoto de 1985 y muchas de esas fotos, forman parte del imaginario colectivo de los mexicanos.
Flor Garduño (1957)
Flor Garduño es una reconocida fotógrafa mexicana que colaboró con varios de los fotógrafos más importantes de su época como Kati Horna, Manuel Álvarez Bravo y Mariana Yampolsky. A través de sus imágenes en blanco y negro podemos asomarnos a una cuidadosa visión de la mexicaneidad, en ocasiones con imágenes que rescatan un entorno natural, y en otras con composiciones mucho más simbólicas y enigmáticas.
Maya Goded (1967)
La fotografía de Goded cuenta muchos relatos descarnados y sin paliativos para cuestionar la realidad que le toca captar con su cámara. Esta postura estética y crítica le ha valido ser reconocida en diversos lugares del mundo. El trabajo de Maya Goded ha recorrido el cine documental con Plaza de la Soledad (2016) es una investigación sobre el comercio sexual femenino en la Ciudad de México. Esta obra cinematográfica aborda, desde la intimidad, la historia de un grupo de mujeres que sufre los avatares e injusticias de la prostitución en un país en donde el machismo transgrede y limita el cuerpo femenino.