Foto destacada: Visit Jalisco
La capirotada es muy consumida en Semana Santa y su origen tiene posibles asociaciones complejas.
Hablar de la capirotada es bastante complejo y rico. Tan solo identificar el origen de su nombre es algo truculento. Porque según afirma el DLE, capirote es una capucha antigua con falda que caía sobre los hombros y a veces llegaba a la cintura. Pero la palabra capirote también se identifica con un “sombrero alto de forma cónica” y con sotanas.
Aunque a lo largo de la historia los capirotes se han asociado con diversas actividades, instituciones y castigos, aunque por supuesto, con sus restricciones y detalles. Pero en general, se le ha llamado capirote al cucurucho que llevaban los penitentes de la Inquisición, al que algunas veces llevaban los propios inquisidores, e incluso es usado por los miembros del KKK. Hasta mediados del siglo XX, el capirote se usaba como castigo vejatorio a los niños en las escuelas de muchos países, como “orejas de burro” y hoy en día, se usa como parte de los trajes de los cofrades que procesionan en la Semana Santa, sobre todo en España.
Origen de la Capirotada
A pesar de ser un platillo básicamente sencillo, su origen es diverso y complejo de rastrear. Hay quienes lo asocian con una preparación que se elaboraba en la antigua Roma y que está registrada en el libro De re coquinaria, atribuido a Marco Gavio Apicio, llamada Sala Cattabia. Aunque información del Gobierno de México, afirma que primera versión de la capirotada le pertenece a Roberto Nola en 1477, que en su libro de cocina la describe como Almondrote y consta de rebanadas de pan tostadas y remojadas en caldo de carnero, alternándose con otras de carne de perdiz asada; por supuesto que esto no fue en América.
Asimismo, se habla de que alrededor de 1780 la versión sin carne del platillo se popularizó, y fue creada por el Fray Gerónimo de San Pelayo, siendo ya una versión más cercana a la actual, compuesta de capas de pan, queso y aderezo. Se dice que fue hasta los años 40, que la capirotada se consideró oficialmente un platillo de vigilia en los estados de Sinaloa, Sonora y Nuevo León; y hoy es un postre típico que se puede encontrar en diferente partes de México con su particular preparación e ingredientes.
Lo que sí se sabe es que hoy en día, la capirotada es el postre favorito en la Cuaresma, y se dice que en algunas regiones tiene un simbolismo religioso: que el pan simboliza el cuerpo de Cristo y la miel de piloncillo, su sangre. Además, las especias que se utilizan en la preparación de este platillo, clavos y canela, simbolizan los clavos y la cruz de la Pasión de Cristo.
Es posible que exista otra relación simbólica entre la idea del capirote y la capirotada; ya que el capirote es un atuendo de Semana Santa, quizá, aunque no se puede asegurar, durante mucho tiempo fue el postre favorito de las personas que usaban capirote en esta época; quizá, al ser dulce y económico haya sido un postre que se daba a las personas con capirote como última cena… Como no existe una “postura oficial” de la Iglesia Católica, que reconozca el simbolismo, la tradición o la inferencia, pues no lo sabremos. Quizá, solo un estudio más exhaustivo podrá decirlo, pero este no es el espacio para eso.
No obstante, lo que sí sabemos es que hoy en día, capirotada es una palabra que se asocia con un delicioso postre y poco más. Asimismo, sabemos que tanto las recetas de la capirotada, como su consumo tienen una relación más benévola y sabrosa.