Foto destacada: Zócalo Monclova
Este ritual rarámuri es uno de los más celebrados en la Sierra Tarahumara.
El ritual de Semana Santa que llevan a cabo los rarámuris, está estrechamente relacionado con la creencia en Dios; con la dependencia cósmica del más allá, y con reconocer las actividades que llevan a cabo tanto Dios como el diablo. Según el antropólogo Horacio Almanza, investigador del INAH, esta celebración es la más importante para los rarámuri del estado de Chihuahua, en la que los mandos de autoridad pasan de los gobernadores a sus líderes religiosos.
Asimismo, se trata de una tradición que conjuga los preceptos de la cristiandad con sus creencias ancestrales. Es una festividad anual que fortalece el lenguaje y la cosmovisión indígena, que se lleva a cabo en las los templos que están en los 35 mil km cuadrados que conforma el “mundo” tarahumara.
En estas festividades, cerca de 30 templos se divide en dos grupos: los “fariseos”, aliados del diablo, y los “capitanes y soldados” que defienden a Dios. Es en el periodo de la Semana Santa rarámuri que se le llama comonorirawachi que significa “cuando caminamos en círculo”; ya que la mayor parte de la celebración transcurre dándole la vuelta a cada templo en procesión reverente y continua.
En el comonorirawachi se llevan a cabo danzas, misas, rezos, ritos y plegarias, en un ritual pagano que espera la orden del jefe, el mandamás de los dos bandos, que después de consultar en voz alta la opinión de los “soñadores”, los depositarios del misterio, mismos que son reconocidos por la riqueza de su experiencia onírica; contestan:Dios está débil y fácilmente vulnerable, ya que el diablo lo ha obligado a beber tesgüino, en cantidades increíbles, y Dios no ha logrado recuperarse todavía.
Enseguida, el pueblo rarámuri, corredores a pie, cumple la misión de proteger a Dios y a su esposa, la madre de todos y a los dos se les identifica, al mismo tiempo, como el Sol y la Luna, hasta que vuelva a su buen estado, hasta que se recupere completamente. De no ser así, el diablo los destruiría y, con ellos, al mundo entero. El último día de los festejados se escenifican luchas vigorosas entre fariseos y
soldados, que simbolizan y recuerdan la eterna confrontación del bien y el mal.
Esta celebración de la Semana Santa Rarámuri inicia el Domingo de Ramos, con la bendición de las palmas, y llega a su punto más importante el Domingo de Resurrección, cuando los rarámuri realizan la simbólica Quema de Judas. Uno de los centros ceremoniales de la comunidad serrana de Norogachi, es el destino que más gente recibe cada año.
Asimismo, de los poblados más emblemáticos dentro del estado de Chihuahua es Noragachi, cerca del Pueblo Mágico de Guachochi, que también suele ser conocido como “El Corazón de la Sierra Tarahumara” en donde se continúa transmitiendo este mensaje de resistencia y esperanza a través de una danza que trasciende el tiempo y el espacio.