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Estos son algunos de los esfuerzos para que el Lobo Mexicano vuelve a su habitat natural.
Desde el año 2000, el Zoológico de Utica de New York, ha sido un participante activo en la conservación y avance del Lobo Mexicano. De hecho, Sierra y Aztec, fueron dos de sus hembras; pero ahora tienen más lobos mexicanos, ya que es una de las especies de lobos más amenazadas y enfrentan una existencia precaria.
Se estima que menos de 300 lobos permanecen en estado salvaje y que únicamente hay 356 individuos alojados en 60 zoológicos en todo Estados Unidos, y algunos más en México, así que cada lobo desempeña un papel fundamental en la preservación de su especie.
Asimismo, en 1991, el Zoológico de St. Louis cuenta con un banco de semen congelado bajo los auspicios del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, para el manejo genético de los lobos mexicanos, que continúan enfrentándose a la extinción, así que los esfuerzos de cría en cautiverio conducen a su reintroducción en Nuevo México y Arizona.
La extinción del Lobo Mexicano se vio desde principios del siglo XX, cuando fueron vistos como una amenaza para el ganado de la población en rápida expansión en el suroeste de Estados Unidos; de modo que los agricultores locales (muchas veces financiados por el gobierno de EU) comenzaron expediciones de trampas, caza y envenenamiento para eliminar la majestuosa raza canina.
Tanto es así, para 1930 estos lobos estaban casi extintos. Es por eso que desde 1976, los últimos 7 lobos que quedaban fueron puestos bajo cuidado humano e incluidos en programas de reproducción en varios santuarios y zoológicos. Se estima que hay 241 lobos mexicanos salvajes en Estados Unidos, 45 en México y otros 380 bajo cuidado humano.