Los Four: artífices del movimiento y el arte chicano en los Ángeles, California

Fotos cortesía de Google Arts & Culture

Estos artistas lograron construir un movimiento que le dio identidad a los chicanos.

 

El arte chicano forma parte de los movimientos culturales desde los años 50 del siglo XX, pero fue 1960 que se da el boom, junto con las protestas de la guerra de Vietnam, el movimiento Black Power  a favor de los derechos civiles. De ahí, que la lucha chicana desafió la categorización y los estereotipos divulgados entre la población anglosajona.

Se trató de un movimiento de artistas chicanos, sobre todo del sureste de California, siendo uno los más representativos el Colectivo de Los Four ( Los cuatro) integrado por Beto de la Rocha (California, 1937), Frank Romero (California, 1941), Carlos Almaraz (Ciudad de México, 1941-California, 1989), Gilberto Sánchez Luján (California, 1940-2011) 

En 1974 se unió Judithe Hernández (California, 1948) al colectivo, y todos se caracterizaban por ser activistas de origen mexicoamericano, educados en universidades de Estados Unidos, y sobre todo por ser los primeros artistas en romper las barreras que los museos tenían para el arte chicano, cuando en 1974 el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA) incluyó una exposición sobre su obra.

También se caracterizan por impulsar el ‘muralismo chicano’, expresión que se desarrolló sobre todo a partir de la década de 1970 en los estados fronterizos del suroeste de los Estados Unidos, y que son reconocidos por representar la vanguardia intelectual del movimiento y de forjar una nueva sensibilidad artística chicana.

Los Four lograron construir muchos puentes híbridos entre la cultura mexicana y estadounidense, plasmando la dualidad cultural de ambos países, superando la geografía, y también creando técnicas y formatos que fueron muy característicos de esa época. 

Hoy en día, Los Four no representan la visión definitiva del arte chicano; pero en su momento sí fueron los que abrieron paso a la exploración del arte de Los Ángeles, tuvieron la osadía de crear un diálogo con México, resignificar las piezas en un dicho momento histórico y presentar un arte chicano único, una escuela original que no era ni mexicana, pero tampoco ‘gringa’.

En efecto, el movimiento de arte chicano representa los miles de intentos de los artistas estadounidenses de origen mexicano para establecer una identidad única. Es un movimiento que trabajó para resistir y desafiar las normas sociales dominantes y los estereotipos de la autonomía cultural y la autodeterminación, en donde los chicanos han utilizado el arte para expresar sus valores culturales, como una forma de protesta con un valor estético fascinante.

De los cinco artistas, quizá el que ha sido más reconocido a lo largo de los años es Frank Romero, de ascendencia española y mexicana. Algunos se lo atribuyen a que hablaba inglés en casa y Romero aprendió a hablar español más adelante en la vida. Pero no hay duda que todos son grandes artistas y que poseen su propia identidad.