Fotos cortesía de Benni Fish
México es un pilar en América Latina por su enfoque hacia la conservación del jaguar.
El tercer censo nacional de jaguares es una iniciativa que lanzó el Gobierno mexicano, con el fin de salvaguardar a diversas especies, y marcar un paso crítico en la conservación de los ecosistemas de América Latina. Se trata de un censo que subraya la creciente urgencia de preservar una de las especies más emblemáticas y amenazadas de América Latina.
Es por eso, que México llevará a cabo su tercer censo nacional de jaguares, un proyecto fundamental destinado a evaluar la población y la salud actuales de estas majestuosas criaturas dentro de sus fronteras. Es un censo programado para realizarse en 19 Áreas Naturales Protegidas y diez sitios.
Los resultados del censo se dará a conocer en agosto de 2024, y es una acción que representa un esfuerzo monumental para cuantificar el impacto de las medidas de conservación y fortalecer las políticas públicas destinadas a mitigar las amenazas para la población de jaguares. La iniciativa es una cuestión de preocupación ambiental y un imperativo cultural, que refleja el importante papel del jaguar en el tapiz cultural y el patrimonio natural de México.
Como el jaguar es el felino más grande de América y el tercero a nivel mundial, es un símbolo de fuerza, grandeza y poder, inmortalizado en los templos y ciudades de civilizaciones antiguas como Calakmul, Balam Kú, Monte Albán y Cacaxtla.
De los 4 mil individuos que se estima deambulaban en México, la población experimentó un aumento de 4 mil 800 en 2018, un testimonio de los esfuerzos de conservación en curso. Para mantener estas cifras requiere una extensa preservación del hábitat, ya que un solo jaguar necesita entre 2 mil 500 y 10 mil hectáreas de tierra y una red de territorios conectados para prosperar.
El jaguar no solo enfrenta amenazas en México, en países como Brasil, Argentina y Belice, los jaguares padecen muchas amenazas que van desde la invasión de la agricultura y el desarrollo urbano, hasta los peligros de la caza furtiva y el comercio ilegal.
La importancia del jaguar se extiende más allá de su papel en el ecosistema como depredador superior; se erige como un ícono cultural que representa fuerza y resiliencia. Su conservación está entrelazada con la preservación de las identidades culturales latinoamericanas, donde el jaguar a menudo es venerado y celebrado en el arte, el folclore y la tradición.
A medida que México lidera el camino con su enfoque integral hacia la conservación del jaguar, sienta un precedente para otros países latinoamericanos que enfrentan desafíos ambientales similares. El éxito de esta iniciativa podría inspirar un cambio continental hacia estrategias de conservación más agresivas y colaborativas, enfatizando la necesidad crítica de conectividad del hábitat y la protección de vastos paisajes naturales.