Fotos cortesía de Fernanda Velásquez Mares
Medusa es una acción artística y ecológica para el río más contaminado de México.
El proyecto Medusa tiene como propósito crear una inmensa red de cabello humano que pueda limpiar el río Santiago, en Juanacatlán, Jalisco: el más contaminado de México.
Este proyecto está impulsado por la artista Angélica Barba, quien reunió una tonelada de cabello donado para tender una red en uno de los puntos del río, de manera que esta materia orgánica absorba parte de los metales pesados y contaminantes en el agua.
Así que se trata de un proyecto ecoartístico con perspectiva feminista. Su propósito fue lanzar a la Medusa a las aguas del Río Santiago, una pieza con cerca de 50 kilogramos que está conformada por tentáculos de cabello humano. La medusa se lanzó entre lirios, y ahora flota para visibilizar la problemática de la contaminación del río más largo de México.
Los tentáculos de la Medusa están elaborados por medias rellenas de cabello humano donado, y estos a su vez están sujetos a una malla tejida que servirá como cabeza y a la cámara de una llanta de automóvil que será empleada como flotador.
Una vez identificados los contaminantes se iniciará una etapa de biorremediación, con ayuda de un equipo técnico de dichos centros universitarios. Angélica Barba es optimista de que varios de los miles de contaminantes identificados que hoy tiene el río se adhieran.
Una de las exigencias es que las industrias de la zona dejen de verter sus residuos al Río Santiago, pues son las principales fuentes de envenenamiento de este ecosistema que a lo largo de las últimas décadas ha dejado víctimas. Una de las propuestas de Angélica Barba es que cada una de dichas empresas tengan sus propias plantas de tratamiento.
El proyecto Medusa en México es parte de una narrativa más amplia que se desarrolla en América Latina, donde los desafíos ambientales se cruzan con los derechos humanos y el activismo comunitario. En regiones como la cuenca del Amazonas y las tierras altas andinas, las comunidades enfrentan luchas similares contra la contaminación y la degradación ambiental, a menudo impulsadas por actividades industriales y mineras.
Los países latinoamericanos reconocen cada vez más la necesidad de soluciones innovadoras a los problemas ambientales, integrando el conocimiento local y la investigación científica para diseñar estrategias efectivas y sostenibles. El proyecto ‘Medusa’ sirve como estudio de caso para la región, demostrando cómo los esfuerzos colaborativos pueden conducir a intervenciones ambientales prácticas y potencialmente transformadoras.