La CDMX es la entidad con mejores condiciones laborales para las mujeres

Fotos cortesía de Chevanov Photo 

Estas entidades tiene las mejores y peores condiciones laborales para las mujeres.

 

Con Lupa de Género es una herramienta que permite comparar la capacidad estatal para impulsar la participación económica y la calidad del empleo de las mujeres en México; en un estudio llevado a cabo por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Según este estudio, ninguna entidad federativa alcanza condiciones óptimas para sumar y retener a más mujeres en el mercado laboral, para hacer que cuenten con mayor autonomía económica real; la Ciudad de México es la entidad con mejores resultados, seguida de Nuevo León y Baja California Sur. 

Asimismo, Zacatecas cuenta con 38 por ciento de las mujeres que no reciben ingresos propios, lo que las hace más propensas a depender de terceros como familiares o programas sociales, mientras que esta proporción se reduce al 18 por ciento en Nuevo León. Este estudio también sale a relucir en el marco electoral, donde es urgente que las y los candidatos de las entidades desarrollen propuestas para que más mujeres participen en el mercado laboral

Según los datos de Con Lupa De Género, se desarrollaron 17 indicadores agrupados en tres pilares: Entrada, Permanencia y Autonomía. Asimismo, se clasifica para los estados en seis niveles de desempeño, que van desde muy alto hasta muy bajo, según las condiciones laborales que ofrecen a las mujeres. En esta edición, se incorporaron indicadores para medir la autonomía económica; es decir, la capacidad de acceder y generar ingresos y recursos productivos propios, por lo que no es comparable con ediciones anteriores. 

Como adelantamos, la Ciudad de México, Baja California Sur y Yucatán tienen el mejor desempeño en la entrada de las mujeres al mercado laboral, en contraste los estados con el desempeño más bajo son Guanajuato, Zacatecas y Chiapas

Asimismo, este pilar mide las barreras que limitan la participación laboral de las mujeres, como la educación, la desigualdad en el trabajo no remunerado, la oferta laboral y la violencia de género. El estado con menor proporción de mujeres con educación media superior es Chiapas, con el 34 por ciento, mientras que la Ciudad de México se posiciona en el otro extremo con el 64 por ciento.

El transporte público permite ampliar y acceder a mejores oportunidades laborales; por ejemplo, en Yucatán, 13 por ciento de las mujeres dejaron de usar transporte público por temor a ser víctimas de algún delito, mientras que en Zacatecas asciende al 45 por ciento. 

En México las mujeres realizan 60 por ciento más de trabajo no remunerado que los hombres, lo que limita el tiempo que tienen para dedicarlo al mercado laboral. Estas cifras se profundizan en Chiapas con el 67 por ciento y Puebla con el 69 por ciento.

La informalidad también se traduce en una carencia de certidumbre jurídica, acceso a servicios de salud y una ausencia de prestaciones laborales. En Oaxaca y Guerrero, están el 80 y 75 por ciento de las mujeres que trabajan en la informalidad, mientras que en Chihuahua y Coahuila estas tasas disminuyen al 31 y 35 por ciento, respectivamente.

La brecha de ingresos de género varía desde 6 por ciento en la Ciudad de México hasta 25 por ciento en Colima. Es decir, en la CDMX por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer percibe 94 pesos y, en el caso de Colima, las mujeres perciben 75 pesos. 

Los cuidados en la primera infancia son un desafío para que más mujeres puedan permanecer en el mercado laboral. Ninguna entidad alcanza una cobertura de cuidados para al menos la mitad de su población infantil; en otras palabras, que los y las niñas de 0 a 5 años acudan a una guardería, centro de cuidados o preescolar.  

Las mujeres no tienden a ser dueñas de sus viviendas. El porcentaje de mujeres propietarias o copropietarias de una vivienda oscila entre 11 por ciento en el Estado de México y el 22 por ciento en Campeche. Las mujeres optan por emprender ante la falta de flexibilidad en el mercado labor, pero solo 20 por ciento lo hace en la formalidad

Este tipo de estudios son bastante útiles para analizar las fortalezas y debilidades de cada estado, con el fin de diseñar políticas públicas y empresariales para aumentar la participación económica de las mujeres y mejorar sus condiciones laborales. Sin dejar de lado la violencia, y en el contexto electoral actual, se plantean propuestas pueden enriquecer las agendas de las y los candidatos a nivel local. Sin duda, todavía hay qué trabajar mucho para reducir la desigualdad de género en el trabajo, pero será un gran paso en nuestro país.