Proyecto de arqueología submarina buscará embarcaciones históricas en Baja California

Fotos cortesía de INAH

El barco neoyorkino SS Sacramento de 1864 es uno de los objetivos que pretende descubrir el INAH. 

 

Los pecios son restos de un artefacto o nave fabricado por el ser humano, que ha sido hundido total o parcialmente o bien que puede ser producto de diversa circunstancia como accidentes marítimo, naufragio, catástrofes naturales, abandono, hundimiento intencional y más. 

Este año, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descenderán varios metros en el litoral del Pacífico mexicano, para descubrir los pecios de las costas de Baja de California, a través del primer proyecto de arqueología subacuática en el arrecife Sacramento, ubicado en el Rosario, podría haber hasta cinco embarcaciones históricas hundidas.

El proyecto lleva por nombre “Inventario Arqueológico de Pecios de los siglos XIX y XX en el Pacífico Mexicano”, capitaneado por la arqueóloga subacuática Mariana Piña Cetina, y registrará embarcaciones de diversas naciones que daten de ambas centurias, y que yazcan bajo aguas nacionales en las costas de Baja California.

Este registro se llevará a cabo en zonas con alto potencial arqueológico como las islas Todos Santos, en la bahía de Ensenada, y en el arrecife Sacramento, en la bahía del Rosario, luego de haberse realizado exploraciones iniciales durante 2021 y 2022, debido a la necesidad de la búsqueda arqueológica. 

“La investigación histórica y documental que realizamos habitualmente, nos lleva proponer que en el arrecife Sacramento podemos hallar hasta cinco barcos de diferentes nacionalidades, del siglo XIX o principios del XX”, afirmó Piña Cetina al explicar que, en 2021, recibieron el reporte de pescadores del lugar sobre la existencia de una vasija. “Enseguida, el INAH realizó una visita de reconocimiento y encontró, al menos, dos contextos arqueológicos que podrían pertenecer a barcos diferentes”.


Es un área que presenta obstáculos únicos, lo que requiere una temporada completa de exploración, debido a las corrientes, los sedimentos y las dificultades para llegar a los lugares de buceo en el arrecife, advierte la investigadora, quien confía en la estrecha relación con la comunidad de pescadores para llevar el proyecto a buen puerto.

Finalmente, y debido a las dinámicas sociales que tienen lugar en los litorales del Pacífico mexicano, la iniciativa pugna por la colaboración con las comunidades locales, así como la difusión en estas, en el resto del país y en foros internacionales, de los resultados obtenidos. “Se busca la protección y apropiación responsable y sustentable de los contextos por parte de las poblaciones aledañas”, señala.

La ubicación geográfica de Baja California, la colocó, en los siglos XIX y XX, como paso obligado de las embarcaciones, que durante más de 300 años se enfrentaron a una ruta de islas, arrecifes, bajos de arena y otros elementos de la geografía única de la península.