Fotos cortesía de Inez & Vinoodh / Vogue
La lucha libre mexicana ha dejado de ser un gusto estrictamente popular.
La lucha libre forma parte de la cultura mexicana, gracias al folclor de los luchadores, los diseños de sus máscaras y al increíble ambiente familiar que hay en cada lucha, que ya forma parte del imaginario popular mexicano. Por supuesto, el Cine de Lucha Libre y Monstruos, le dieron paso a la gran popularidad de la lucha libre, pero hoy en día la lucha libre goza de gran popularidad y con un reconocimiento importante.
Es por eso que la lucha libre, uno de los símbolos culturales del México contemporáneo, llegará a la revista Vogue. Se trata de un hecho poco convencional, ya que esta revista de moda, es considerada como una de las más influyentes a nivel mundial y se edita en más de veinte países. De hecho, Vogue es una revista estadounidense de moda que se fundó en 1892, por Arthur Baldwin Turnure y hoy sigue publicándose y siendo leída por millones de personas en diversos puntos del mundo.
Este homenaje de Vogue a la cultura mexicana, en particular a las máscaras que han jugado un papel relevante desde tiempos prehispánicos, es también una forma de destacar el imaginario popular y celebrar las luchas antagónicas entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal, el cielo y el infierno, o los Rudos y los Técnicos.
Según el sitio oficial de Vogue, “el ring es el escenario en donde se desarrolla esa lucha mítica, en la que los Rudos representan la trampa, la desobediencia de las reglas, el vencer al oponente sin escrúpulos, mientras que los Técnicos se rigen por un código moral estricto, por la obediencia a las reglas, el juego limpio y el honor.”
Aunque no se sabe muy bien cuándo comenzaron los primeros eventos de lucha libre en el siglo XIX en México; lo que se sabe es que este espectáculo se podía ver en los circos, en las ferias populares; y en en 1863, surge la figura de Enrique Ugartechea, el primer luchador mexicano, con quien comienzan a configurarse las bases de este deporte.
En el siglo XX, Salvador Tutteroth funda la Empresa Mexicana de Lucha Libre, hoy en día, Consejo Mundial de Lucha Libre, realizando su primera función en septiembre de 1933, en la Arena México. Es a partir de este momento que este fenómeno cultural comienza a desarrollar un estilo propio, sus reglas, técnicas y tradiciones únicas, que se identifican actualmente como parte de la identidad mexicana.
Desde hace muchos años, la lucha libre forma parte de la cultura mexicana que ha cautivado a multitudes durante generaciones. Detrás de icónicos como El Santo o Blue Demon, existen miles de historias que forman parte de la poderosa lucha libre mexicana.
Asimismo, la revista Vogue destaca que entre las décadas de 1940 y 1950, mujeres como La Dama Enmascarada, primera campeona nacional en 1950, y La Marquesa rompieron barreras al ingresar al mundo de la lucha libre, enfrentando tanto el escepticismo del público como la resistencia de las propias asociaciones. Ya a mediados de los años 60, La Dama Enmascarada filmó algunas películas, entre las que destacan Las Lobas del ring, Las luchadoras contra la momia y Las Luchadoras contra el médico asesino.
De hecho, las mujeres en la lucha libre es algo que ha destacado Vogue; ya que desde los años 70, la lucha libre femenil en México se posicionó con gran popularidad con luchadoras como La Diabólica e Irma González; sin dejar atrás a la fotógrafa Lourdes Grobet centró su interés en la lucha libre y en las mujeres, a quienes logró retratar en diversas series como Luchadoras o Lucha Libre de 1980-2018, proporcionándonos imágenes icónicas y una visión única de las mujeres luchadoras como seres maternos, amorosos y edificantes, al mismo tiempo qué fuertes y dominantes, una impronta en la que la disidencia se abre paso en un deporte dominado por lo masculino.