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La cultura azteca no logró preservar por mucho tiempo este secreto.
Como todos sabemos, México sin maíz sería un país diferente, ya que es la base de nuestra alimentación, uno de los ingredientes más valorados para toda nuestra gastronomía, y a nivel mundial se le considera como un ‘superalimento’, pues su valor nutricional inmenso, sin mencionar que es un comodín en la cocina.
Aunque los aztecas consideraban que el maíz era un ingrediente sagrado, también tomaban en cuenta una planta qué, según la leyenda, brotó hace miles de años y perduró a lo largo de la historia: el nopal. Desde sus orígenes, esta cactácea cautivó a las antiguas culturas precolombinas, convirtiéndose como un pilar fundamental de su alimentación.
Para los aztecas, el nopal era un elixir natural para la juventud, al grado de atribuirle poderes especiales, ya que actuaba como un desintoxicante natural, facilitando la eliminación de toxinas del cuerpo y retrasando los signos del envejecimiento. Además de ser una planta con la que se conseguía una piel radiante.
El nopal puede verse en diversas representaciones en códices y otros documentos históricos de las culturas azteca, maya y otras civilizaciones indígenas de la región. Estas culturas valoraban al nopal no solo por su aporte nutricional, sino también por sus usos medicinales y en diversos rituales. Con la expansión del imperio azteca, el cultivo del nopal se extendió a lo largo de Mesoamérica.
De hecho, el nopal forma una parte esencial en la leyenda fundacional de Tenochtitlán, la capital del imperio, donde los aztecas habrían fundado su ciudad en el lugar donde encontraron un águila devorando una serpiente sobre un nopal, símbolo que hoy en día forma parte del escudo nacional de México.
Tras la llegada de los españoles a América, el nopal fue introducido en Europa, África y Asia, donde se adaptó a diferentes climas y suelos, ampliando su cultivo a nivel mundial. Hoy en día, se cultiva en muchas partes del mundo, especialmente en países con climas áridos y semiáridos, pero sigue siendo un símbolo cultural y un alimento básico en México, donde se encuentra en una gran variedad de platillos tradicionales.
Desde el siglo XXV, el nopal es venerado como un superalimento gracias a sus extraordinarias propiedades nutricionales. El nopal cuenta con alta cantidad de fibras, vitaminas, minerales y antioxidantes. Se consume de diversas maneras, incluido en ensaladas, guisos, jugos y como ingrediente en productos alimenticios y cosméticos. Además, se investiga por sus potenciales beneficios para la salud, incluido el control del azúcar en sangre en personas con diabetes.
Los hallazgos de diversas investigaciones que se han hecho de los nopales, destacan que es un arsenal de antioxidantes, que protegen a las células contra el daño causado por los radicales libres, y se ha evidenciado su eficacia en la promoción de una piel saludable y radiante. Estos antioxidantes ayudan a minimizar la aparición de arrugas y otras señales de envejecimiento. Además, el nopal posee una alta concentración de mucílagos, conocidos por su capacidad para retener la humedad en la piel y combatir la sequedad de manera efectiva.
De hecho, la ‘baba de nopal’ ha demostrado potencial para la creación de productos cosméticos y farmacéuticos innovadores. Cuenta con gran presencia de vitamina C para fortalecer la barrera natural de la piel, ofreciéndole una defensa adicional frente a factores externos adversos, incluidos la contaminación ambiental y la exposición a rayos ultravioleta