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La conectividad fluvial es una parte esencial para revertir el cambio climático.
La crisis climática nos afecta a todos los seres vivos, sin importar su tamaño, su especie, su forma, si es un vertebrado u ovíparo porque todos estamos interconectados en el mundo; pero solo los animales que podemos hacer uso de la razón, y estar conscientes del reto que implica reparar los ecosistemas, en buena parte, porque somos los más culpables de todo esto.
Alrededor del mundo, los ríos también están interconectados, pero cada vez de una forma más irregular y fluyen menos libremente, poniéndolos bajo amenaza por las intensas sequías, la contaminación, aumento en la extracción y la sobrepesca. Cuando los ríos interconectados desaparezcan, también perdemos los beneficios que brindan a las personas y a la naturaleza: alimentos, una buena agricultura, fuentes de agua subterráneas recargadas, nutrientes hacia las llanuras; además de un gran número de actividades recreativas, culturales y valores espirituales relacionadas con los sistemas fluviales saludables.
En otros momentos de la historia, se han alterado los flujos naturales de los ríos, construyendo represas, diques, canales y otras formas de control fluvial, que trajeron ayuda a la humanidad. Pero hoy en día, esa misma infraestructura que ha impulsado el desarrollo, también pone en peligro los recursos y la infraestructura natural de la que dependemos todos.
Pero según los datos de World Wide Fund for Nature (WWF), solo el 17 por ciento de los ríos que fluyen libremente en el mundo se encuentran dentro de áreas protegidas, haciendo que el resto de ríos corran un gran riesgo.
Esto porque los ríos y sus llanuras tienen el potencial de actuar como amortiguadores del cambio climático, pero solo si restauramos su conectividad natural o incorporamos infraestructura híbrida que permita que los procesos naturales ocurran. De ahí, que los ríos sanos, intactos o restaurados y los humedales relacionados se encuentran entre los mejores amortiguadores contra el empeoramiento de los impactos de la crisis climática.
Por supuesto, hoy en día, se dispone de la ciencia y las herramientas para restaurar los humedales, reconectar los arroyos y los ríos con sus llanuras aluviales para que puedan ayudar a rellenar las reservas de agua subterránea, amortiguar las inundaciones y crear, mantener y ampliar los humedales y la biodiversidad asociada.
Conectividad ecohidrológica en México
México cuenta con muchos ecosistemas más fragmentados, en términos de conexión hídrica, ya que quedan pocas áreas donde con superficies dignas de consideración. Cada día hay más paisajes que desaparecen, para darle acceso a diversas actividades agrícolas, presas, caminos de magnitudes diferentes, cables de conducción eléctrica, asentamientos humanos e infraestructura turística.
Es por eso, que es de suma importancia, recuperar la conectividad entre áreas protegidas y no protegidas, reconstruir los ecosistemas de todas las regiones, y poder conservar el patrimonio natural mexicano.