¿Por qué le llamamos ‘chilaquiles’ al desayuno supremo de México? 

Foto destacada Sofia Rabassa

Los chilaquiles son geniales porque son un desayuno completo, sencillo y delicioso.

 

Los chilaquiles son el desayuno ideal de millones de personas en México, y fuera del país. Este platillo tiene una historia interesante y bastante desconocida. De hecho, se dice que el nombre de los chilaquiles proviene del náhuatl chīlaquīlli, que a su vez está compuesta por las palabras chīlī chile, y aquīlli “algo dentro o  metido en”, haciendo referencia a la tortilla sumergida en la salsa.

Otra versión asegura que la palabra proviene del náhuatl chilli, que significa chile y de quilitl que es hierba comestible. Otro posible origen habla de la terminación ati, que es agua y quilitl, que significa quelite.

Más allá de estas interpretaciones de la lengua, en realidad, se desconoce si este platillo existía en la época prehispánica, y en todo caso, no existía en su forma actual. Esto porque el maíz y el chile eran ingredientes básicos en la cocina del pasado; pero otros elementos como el queso, la cebolla y la crema fueron introducidos por los españoles después de la Conquista.

Danny Pérez

En varios lugares, se dice que el misionero franciscano Alonso de Molina mencionó la salsa de chile en su Vocabulario en Lengua Castellana y Mexicana, que era muy típica en los nativos, quienes llamaban chilmulli (salsa de chile).  Se cree que para aprovechar las tortillas endurecidas de un día anterior, se bañaban en chilmulli para suavizarlas. 

El primer registro de los chilaquiles aparece en 1821, en un libro llamado Arte nuevo de cocina y repostería acomodado al uso mexicano, con una receta que incluía carne de puerco, chorizos, clemole, y tortillas:

 “Se cuece carne de puerco y chorizos (pero estos no se echan hasta que la carne esté á medio cocer,) se fríe todo y se aparta del fuego: se tiene pronto el clemole, las tortillas y el ajonjolí tostado; se pone capa de carne y se tapa con tortillas; se le echa caldo de clemole y un puñado de ajonjolí; de este modo se hace con las demas: se les echa manteca de la regular porque las tortillas la embeben mucho”.

En El Cocinero Mexicano, otro recetario publicado en 1831, se encuentran cuatro recetas diferentes: los chilaquiles blancos, chilaquiles rojos o colorados, chilaquiles rellenos y chilaquiles tapatíos. En este texto de influencia hispana, se niega un origen prehispánico de los chilaquiles, y su invención se atribuye a la cocina de los conventos.

Danny Pérez

Una de las características más grandes de los chilaquiles, es que los comen todas las personas, se pueden comer en restaurantes mexicanos de todos los niveles e incluso en las esquinas de las calles, en fondas populares, y es un desayuno común para los oficinistas.

Lo único innegable de los chilaquiles es que forman parte de los 100 mejores desayunos en el mundo, según el sitio Taste Atlas, que colocó al icónico platillo mexicano, en cuarto lugar, reafirmando lo que una gran parte de los mexicanos y de los amantes de la comida mexicana en Estados Unidos han sabido por años.

Los chilaquiles están por debajo del kahvalti, un plato de Turquía, siendo el más delicioso del mundo. El segundo y tercer lugar fueron para el bougatsa, platillo de Grecia, y el roti canai, de Malasia. 

Dicho, explica: “Los chilaquiles son, en su versión más básica, una serie de pedazos de tortilla frita remojados en salsa de chile con carne y verdura opcionales”. De igual forma resalta que el platillo es tanto popular en México, tenga gran cantidad de variaciones regionales con recetas distintas. Por ejemplo, en Sinaloa existe una versión que se prepara con salsa blanca, en California se acostumbran a servir con cilantro y aguacate, en Texas tienen elementos Tex-Mex como el queso cheddar y frijoles refritos, mientras que en Ciudad de México se acostumbra el uso del epazote.