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Jorge Matute Remus fue uno de los artífices del urbanismo de Guadalajara.
A Jorge Matute Remus se le recuerda por sus múltiples actividades como ingeniero civil, político y catedrático mexicano, pero sobre todo es reconocido, por el traslado de edificio un edificio de Guadalajara, una hazaña bastante importante que cambio la urbe de la ciudad.
Guadalajara se fundó el 14 de febrero de 1542, y como todas las ciudades, han cambiado según los tiempos y las necesidades de los habitantes. Fue a mediados de los años 50 del siglo XX, que el gobernador de Jalisco, Jesús González Gallo, decidió ampliar la avenida Juárez de la capital tapatía. Para dicha ampliación, era necesario expropiar y demoler algunos inmuebles, entre ellos el edificio de la Compañía Telefónica Mexicana (Telmex) pero la compañía se amparó y no fue destruida.
Pero la obra tampoco pudo ser suspendida. Como una ingeniosa solución, el ingeniero Jorge Matute Remus, propuso mover el edificio completo de la Compañía Telefónica Mexicana mediante precisas maniobras y un innovador mecanismo.
De hecho, una década atrás, el ingeniero Guillermo Brockman invitó Jorge Matute a que se hiciera cargo de la construcción de un edificio de siete pisos, cuya estructura sería de concreto reforzado. Jorge Matute aceptó el proyecto porque en ese tiempo en Guadalajara no existían edificios de esa altura y porque tampoco se había utilizado dicha técnica de construcción; así que el ingeniero Matute fue de los primeros en destacarse como gran constructor en la ciudad.
Pero la capacidad del ingeniero Matute Remus fue más visible en 1950, cuando movió hacia atrás el edificio completo de la Compañía Telefónica Mexicana. Fue un proyecto que duró cinco meses de planeación para hacer todos los cálculos, y el 24 de octubre iniciaron las obras. Después de cuatro días el edificio de 1700 toneladas quedó alineado con la avenida Juárez y 12 metros atrás. En una entrevista el ingeniero recordó que lo más difícil de todo fue lograr que las dueñas vendieran el terreno donde se reubicaría el edificio de la Telefónica.
En estas maniobras participaron más de 100 trabajadores que permanecieron en el interior de la construcción realizando labores, porque, además, en ningún momento se interrumpió el servicio telefónico. Una de las telefonistas que estaba dentro del edificio cuando lo movieron expresó lo siguiente:
El equipo de trabajo estuvo integrado por aproximadamente una centena de personas bajo la dirección de José Ruiz Ugalde, Francisco Vigil, Guillermo Casillas Buelna y Rafael Santos. Matute Remus narró que lo primero que se hizo fue demoler las casas vecinas y construir los cimientos, después se armó una estructura sobre la que se deslizó la edificación.
Asimismo, por debajo del edificio se construyeron bases de concreto armado, abrazaron las columnas para sostener el edificio. Los casquetes se montaron sobre 480 rodillos y se cortó la cimentación original para que la edificación quedara liberada. Doce gatos hidráulicos que se movieron al unísono colocaron el edificio en su nueva ubicación.
En varias crónicas de la época se narra que durante los días que duró la operación, se escuchaba la voz del Matute Remus contando ¡1, 2, 3!, al terminar la señal los trabajadores movían los gatos ocho décimas de milímetro por vez hasta que se alcanzaron los doce metros necesarios.
El proyecto causó admiración tanto en la Comisión de Planeación del estado como en la propia matriz de la empresa telefónica en la ciudad de Nueva York. Por esta obra y por otros merecimientos, el gobierno francés le otorgó al ingeniero Matute Las Palmas Académicas de Francia.
Pese a la magnitud y relevancia de esa obra, Matute Reyes fue un enamorado de la docencia, labor que inició en 1941 enseñando a muchas generaciones de ingenieros y arquitectos. Entre las materias que impartió están cinemática, matemáticas, prácticas de construcción, puentes, avalúos y organización de obras. Fundó la Escuela de Arquitectura de la UdeG y el Instituto Tecnológico de Guadalajara.
Entre los reconocimientos que recibió destacan la mención honorífica del Ayuntamiento de Guadalajara, las llaves de la ciudad de San Juan de Puerto Rico, Premio Jalisco, reconocimiento de la UNESCO, el Premio Nacional de Ingeniería, la Medalla de Honor de la Cámara de Comercio de Guadalajara, la Medalla de la Universidad de Guadalajara y el reconocimiento de la American Water Works Asociation.
Jorge Matute Remus falleció el 7 de junio de 2002, sus restos yacen en la Rotonda de Jaliscienses Ilustres.