Foto destacada Alberto Cervantes
Esta catedral neogótica atravesó muchas complejidades, pero hoy en día brilla con mucho esplendor.
Los pobladores le llaman ‘La inconclusa’, pero cuando comienza a caer el sol, la plaza de esta catedral de Zamora se comienza a llenar de cientos de turistas que recorren los pasillos para admirar las hermosas torres neogóticas que se dirigen al cielo michoacano. La preciosa Catedral de Zamora, Michoacán, está consagrada como Santuario Guadalupano y hoy es la catedral más alta de México. Pero hace unos años, esto era otra cosa.
La historia de este lugar comienza el 2 de febrero de 1898, Día de la Candelaria, el excelentísimo señor don José María Cázares Martínez, obispo de la Diócesis de Zamora, encabezó la ceremonia de inicio de las obras de construcción de la catedral. Concebida como el nuevo símbolo del poderío de la Iglesia Católica mexicana en Michoacán, con un diseño neogótico, popular a principios del siglo XX, con dos elevadas torres en su portada adornadas con gárgolas, contrafuertes que sostienen su estructura y cinco espaciosas naves. Finalmente se decidió que tuviera una cúpula en su centro, algo atípico en la arquitectura neogótica.
Para iniciar la cimentación de este lugar, fueron necesarias más de 300 personas, quienes además, comenzaron el levantamiento de la base del templo. Para 1914 las cuatro naves laterales estaban casi listas y los pilares estaban en su lugar. La Revolución Mexicana dejó sin obreros al proyecto, y quedó suspendido por tiempo indefinido. Este lugar fue un cuartel del ejército y con ello sobrevino la pérdida de todos los planos originales de la catedral. Se cuenta que solo quedó un dibujo con la fachada original y un plano general de la distribución de la nave principal.
Cuando México vivía la resaca de la revolución, en 1925 se desató la Guerra Cristera; una lucha por el poder entre el Gobierno y la Iglesia Católica, que también impidieron continuar con la construcción de la catedral. De hecho, detrás del altar principal sigue en pie el paredón de fusilamiento, una pared blanca con agujeros que parecieran hechos por la humedad, pero que son marcas de esquirlas y balas. Esa pared nunca se restauró en memoria de todas las personas que allí perdieron la vida.
Después de la guerra y durante más de setenta años, la catedral tuvo usos muy diversos. Debido a problemas con el gobierno federal, la catedral fue transformada en vecindad, y sus habitantes hicieron que los acabados del recinto quedaran en ruinas: lo poco que quedaba de nichos fue destrozado y la basura se acumuló en las orillas de las capillas. Tiempo después, la estructura del templo se convirtió en una escuela y en los últimos años sirvió estacionamiento de los camiones que recogían la basura de la ciudad.
Por esto se le llama “La Inconclusa” a la catedral. De hecho, el estado le regresó el recinto a la diócesis de Zamora hasta 1998, cuando cumplió un centenario de existencia, y finalmente, un siglo y 10 años después de haber sido colocada su primera piedra, fue inaugurada y consagrada como Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre de 2008.
Hoy en día, miles de feligreses acuden a la Catedral de Zamora. Se trata de un proyecto atribuido al arquitecto Omar Alejandro Bautista, originario del municipio michoacano de Tingüindín. Es el templo más alto de México y el sexto de América, al poseer dos torres con campanario de 107.5 metros de altura cada una, 34 en la nave central y 20 en las laterales. Mide 95 metros de largo y 57 de ancho.
Catedral de Zamora
Dónde: Catedral Diocesana, Vicente Guerrero Ote. 92, Centro, Zamora de Hidalgo, Michoacán.
Entrada libre