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Chaac es una deidad que ha despertado la curiosidad por la cultura maya.
Lo que comenzó como una broma se está convirtiendo en una épica batalla cultural entre Poseidón y el Dios Chaac. Aunque Poseidón es más conocido en todo el mundo, parece que Chaac está ganando más terreno. Esto porque las lluvias y una pequeña parte de la población del estado de Yucatán, ha acusado al ser de la mitología griega de ser el causante de las tormentas torrenciales que se han presentado recientemente.
Como parte de la broma se dijo el homenaje a Poseidón en mares mexicanos, desató la furia de Chaac, el dios maya de la lluvia. Esta deidad prehispánica emula a Tláloc, Pitao Cocijo y Dzahui, es uno de los dioses representativos de las culturas prehispánicas mexicanas de la cultura maya.
El nombre de esta deidad, escrita en maya yucateco, es Cháak, y literalmente significa lluvia. La mitología de Chaac afirma que tenía poderes con los que podía invocar la lluvia con sus propias manos, además de otros elementos como truenos y rayos. Asimismo, se dice que es patrón de la agricultura, pues se dice que él abrió las montañas en las que se escondía el maíz para poder alimentar a su pueblo.
Esta deidad se representa con una hacha-rayo, y también se le relaciona con la guerra y con el Dios GI del Palenque, el cual es “el de la inundación, el del Taladrado del Fuego”. Se dice que todavía hay algunos mayas que le siguen rezando, pues destacan que trae buena suerte y fortuna a las cosechas.
Las inscripciones y códices mayas contienen numerosas referencias a Chaac, y su imagen está grabada en varias estructuras arqueológicas como templos y altares, siendo Chichén Itzá uno de los lugares con más representaciones de esta deidad. También se encuentran en sitios arqueológicos como Uxmal, Sayil y Kabáh.
Yucatecos vs. Poseidón
A la par de esta batalla cultural, en el estado de Yucatán se creó un evento para derribar la estatua de Poseidón en el Malecón Internacional; que por cierto luce bastante bien. Dado que se trata de una deidad relacionada con el mar, se tomó la decisión de colocarla a una distancia de cinco metros mar adentro para que, con el romper de las olas, de la impresión de estar a cargo de la actividad en la zona y claro, ser a partir de ahora un punto específico para enaltecer las costras de Progreso.
Por fortuna esto ha quedado solo en una curiosidad, que por cierto ayudará a reconectar con el turismo de la zona, después del paso del huracán Beryl, que impactará en la costa de Yucatán y Quintana Roo, además de provocar afectaciones en algunos municipios de Campeche; si es que la trayectoria del fenómeno no cambia en el transcurso de las próximas horas.
