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Una versión de tequila ya era degustado por otomíes, chichimecas, toltecas y nahuatlacas.
La palabra Tequila tiene un origen náhuatl, tequitl: trabajo u oficio; tlan: lugar; que se puede traducir como lugar de trabajo. Pero, hay otra versión que hace referencia a la piedra que es típica de esa región, la obsidiana, y que se tallaba para usarse como herramienta. Estas piedras se conocían por ese tiempo como ‘tecatlis’ y, a quien la manejaba se le llamaba ‘tecuilo’. Fruto de esta costumbre, se le comenzó a llamar ‘Tecuila’ y posteriormente ‘Tequila’, como lo conocemos hoy. Según la Secretaría de Turismo, Tequila, tanto el lugar como la bebida, viene de la voz náhuatl “Tecuilan” que significa “lugar de tributos”.
Pero más allá del origen de esta palabra, el tequila es una bebida que se ha producido desde el siglo XVI, y en una región llamada Tequila Jalisco. En las primeras décadas después de la conquista, nació la bebida como un fermentado de la planta de agave y con su influencia árabe e hispánica, comenzó a destilarse en alambiques introducidos al continente. Durante muchos años se le conoció como vino de mezcal o mezcal tequila, ya que mezcal era uno de los nombres del agave.
Asimismo, el tequila proviene de una planta de la familia de las agaváceas, que es el agave tequilana Weber variedad azul. Se dice que existen alrededor de 295 especies de agaves distintas pero solo una se puede utilizar para producir la bebida. Con algunas otras se elabora el mezcal y el pulque. Hoy en día, lo único que se utiliza del agave es la piña que se siembra, y tienen que pasar de 8 a 12 años para que esté lo suficientemente madura como para cosecharse.
El tequila es un producto con Denominación de Origen (DOT) que le da a la bebida la característica de exclusividad de elaborarse solo en ciertas regiones que se encuentren en esa denominación como son: Jalisco y partes de Nayarit, Michoacán, Guanajuato y Tamaulipas.
Más allá de estos datos históricos, hay una historia no oficial del tequila, que cuenta que una tormenta eléctrica le habría dado origen. Un día, durante una fuerte tormenta en Jalisco, un rayo cayó en un sembradío de agaves, ocasionando un incendio que se extendió a las plantas. Sin embargo, el vapor que emanó hizo que las bolas de agave se calentaran y de ellas saliera miel acompañada de un aroma peculiar.
El hecho pudo pasar desapercibido, pero los locales se dieron cuenta, que si la miel se fermentaba obtenían una bebida relajante, con un sabor que les resultaba agradable. Aunque se cuenta que Cenobio Sauza (1842-1909), uno de los productores más importantes de la industria tequilera y conocido como “el padre del Tequila”, habría sido quien le dio el nombre a la bebida.