Foto destacada: Directo al paladar
El Nicuatole es un postre prehispánico creado por la cultura zapoteca.
La declaración del Nicuatole como Patrimonio Inmaterial y Cultural de Oaxaca, reconoce la importancia de este alimento de maíz nativo, cuya elaboración tradicional es llevada a cabo por mujeres indígenas en los municipios de San Agustín Yatareni, Santa María Atzompa y San Andrés Huayápam.
Este postre prehispánico de la cultura zapoteca fue aprobado por unanimidad con 36 votos a favor, lo cual significa un paso fundamental para la protección y promoción del emblemático dulce artesanal.
El nicuatole es un postre prehispánico de la cultura zapoteca elaborado de maíz nativo y grana cochinilla. Se trata de un alimento ancestral que cuenta con identificación geográfica y se busca que alcance la denominación de origen ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI).
La declaración aporta al rescate y promoción de uno de los alimentos gastronómicos más emblemáticos de la cultura zapoteca del Valle Central de Oaxaca. Asimismo, la razón de que se le nombre patrimonio inmaterial y cultural de Oaxaca, servirá para rescatar su elaboración artesanal, se evita su plagio, ya que promueve el autoempleo en los municipios donde se elabora, en las que más de trescientas familias viven de su manufactura.
El nicuatole es un postre similar a una natilla, pero se caracteriza por estar hecho artesanalmente con maíz criollo, cocido en agua, leche, azúcar o piloncillo, y canela. Al ser un platillo prehispánico, es muy posible que para prepararlo se utilizara miel de maguey en lugar de azúcar de caña. En la elaboración prehispánica de la cocina tradicional mexicana, la mezcla se vierte caliente dentro de una cazuela de barro verde, para luego, espolvorear la superficie con grana cochinilla.
Ahora lo podemos comer dulce, pero el nicuatole era un atole elaborado con aguamiel, que se tomaba con chile verde. Mientras que, al atole preparado con chile amarillo, se le llamaba chinecuatolli.
El proceso de elaboración del nicuatole es una muestra de la rica tradición culinaria de la región. El dulce se cocina en estufas de leña durante aproximadamente dos horas, después de lo cual se deja cuajar. A la mezcla se le agrega agua y el sabor deseado, que puede ser de frutas o de nuez, y se tiñe con grana cochinilla para obtener su distintivo color rojo.
El nicuatole es un platillo tradicional de San Andrés Huayápam y Santa María Atzompa, y en los mercados públicos de la ciudad de Oaxaca. Su presencia en estos puntos de venta no solo satisface a los consumidores locales y turistas, sino que también contribuye a la economía local y a la preservación de la identidad cultural zapoteca.
Ya es posible preservar, resguardar la receta y el método tradicional de elaboración, que podrá asegurar que futuras generaciones puedan disfrutar y apreciar este dulce prehispánico.