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Rosario Castellanos es una de las escritoras mexicanas más importantes del siglo XX.
A 50 años del fallecimiento de una de las escritoras mexicanas más destacadas del siglo XX, Rosario Castellanos, se le recuerda como una pionera de las luchas por los derechos de la mujer y de los pueblos indígenas.
Castellanos nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, aunque la mayor parte de su infancia y adolescencia la vivió en una hacienda familiar en Comitán de Domínguez, región maya de los Altos de Chiapas. Quedó huérfana en 1948, al tiempo que comenzaba a destacar en el campo de las letras. Emigró a la Ciudad de México para graduarse como maestra en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México y después fue becada para estudiar estética y estilística en la Universidad de Madrid.
A lo largo de los años, Castellanos se destacó como escritora de diversos géneros, periodista y diplomática, se inició en la literatura como poeta, pero su primer libro fue una novela: Balún Canán, que, junto con Ciudad Real, su primer libro de cuentos, y Oficio de tinieblas, su segunda novela, forman una auténtica trilogía indigenista de las más importantes en la narrativa mexicana.
En 1972 su obra poética se reunió en Poesía no eres tú y desde 1950, año en que publicó su tesis Sobre cultura femenina, no dejó de incursionar en el ensayo. De toda su obra, incluyendo su único volumen de teatro, El eterno femenino, se desprende una clara conciencia del problema que significa la doble condición de ser mujer y mexicana.
Recibió el Premio Chiapas en 1958 por Balún Canán y en 1960 el prestigiado Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por Ciudad Real, además del Premio sor Juana Inés de la Cruz (1962), el Premio Carlos Trouyet de Letras (1967) y el Premio Elías Sourasky de Letras (1972).
Asimismo, Rosario Castellanos trabajó en el Instituto de Ciencias y Artes de Tuxtla Gutiérrez, además de dirigir el Teatro Guiñol del Centro Coordinador Tzeltal-Tzotzil, auspiciado por el Instituto Nacional Indigenista. En 1971 fue nombrada embajadora de México en Israel, donde falleció en 1974 a los 49 años de edad a causa de una descarga eléctrica por un cable en mal estado de su lámpara de buró. Sus restos se ubican en la Rotonda de las Personas Ilustres, en la Ciudad de México.
Rosario Castellanos fue una de las principales precursoras del movimiento de liberación femenina, no sólo por las ideas que expuso en sus textos sino por la capacidad con que desempeñó las tareas docentes, administrativas e intelectuales.
Además, Rosario Castellanos ha dado su nombre a numerosas calles, colonias, parques, recintos culturales, bibliotecas e instituciones educativas, pero también a ella se le erigió un monumento en un parque dentro del Bosque de Chapultepec, realizado en 1976 por la escultora María Lagunes.