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Estas investigaciones fueron obtenidas en conjunto con el Proyecto Lyobaa, el INAH, la UNAM y la Asociación ARX Project.
Mitla es la palabra en zapoteco que se puede traducir como “Casa o lugar de tumbas”, y hoy en día se sabe que recibió un devastador barrido de tierra, de origen sísmico, el cual cubrió parte de su superficie. Este evento debió ser definitivo en el decaimiento y parcial abandono de la ciudad prehispánica, previo a la llegada de los españoles.
Esta es una de las conclusiones de los resultados del Proyecto Lyobaa, que condujo a la realización de un levantamiento geofísico con el uso de georradar en diversas áreas dentro del Grupo del Arroyo (patios G, H e I) y el Grupo del Adobe (plaza inferior) además de un registro sísmico de las vibraciones naturales del subsuelo, para aplicar métodos pasivos y obtener la frecuencia de resonancia y la estructura de velocidad subterránea del lugar.
Con estos parámetros se logró comprender y predecir la amplificación sísmica que se puede dar durante un evento de este tipo, y establecer, para fines de seguridad y riesgo, al que están sometidas las edificaciones. Cabe indicar que San Pablo Villa de Mitla se encuentra en las faldas de la Sierra Norte, en el extremo oriente del Valle de Tlacolula, una región sísmicamente activa.
Para su reconocimiento, se colocaron nueve estaciones de medición en diversos puntos. Tres en un radio de algunos kilómetros al norte de la Zona Arqueológica de Mitla, más cercanas a la zona de desprendimiento de material; otra, en las inmediaciones del hotel San Judas, al pie de un escarpe de dichas avalanchas; un par, en los grupos del Adobe y del Arroyo, y tres, al sur del sitio arqueológico.
Asimismo, se llevaron a cabo otras mediciones de ruido sísmico ambiental, que mostraron una gran variabilidad en la respuesta sísmica en el área de Mitla. Los resultados arrojaron que el subsuelo está conformado por una alternancia de capas irregulares, con la presencia de materiales competentes y depósitos de suelo blando, lo cual parece confirmar que es producto de los materiales acarreados por la avalancha.
Los datos obtenidos indicaron que parte del asentamiento original se encuentra enterrado bajo un gran depósito de avalancha de rocas, la cual debió producirse en algún momento del periodo Posclásico (900-1520 d.C.). Con base en evidencias geológica, geomorfológica y geofísica, se propone que el colapso, probablemente, fue causado por un gran terremoto (magnitud 6 – 7), el cual desencadenó dos deslizamientos de tierra seca, con un volumen total combinado de aproximadamente 0.2 km3.
Estos nuevos estudios refuerzan hipótesis científicas pasadas, y han logrado abrir nuevos enfoques de estudio sobre la antigua ciudad, brindando datos importantes para la conservación y manejo de riesgo de sus estructuras.