Foto destacada: Colección Villasana – Torres.
Tlaxpana significa “el lugar donde se barre” y alguna vez ahí estuvo una hermosa fuente.
La fuente de Tlaxpana, en la colonia homónima de la alcaldía Miguel Hidalgo, se construyó hasta la llegada de los españoles, pero esta zona ya era utilizada por Moctezuma I para llevar agua dulce hacia el centro de la antigua ciudad de Tenochtitlan.
Aunque existían otros acueductos, esta zona era especial ya que llegaba el agua desde Santa Fe, pasaba por Chapultepec y desbocaba hacía todo el centro. Así que aquí en gran parte, esta fuente de agua hizo posible un desarrollo más próspero de la ciudad desde el siglo XVI.
En el siglo XIX se remplazaron los caños de barro del acueducto por caños de metal fundido que iban por debajo del suelo, de manera que el acueducto quedó inutilizado hacia 1866; pero sus fuentes, al ser una gran obra de arte, permanecieron casi sin alteraciones, durante varios años más.
Se calcula que tenía una longitud mayor a mil metros y contaba con cientos de arcos. En el libro de Raquel Pineda Mendoza, “Origen, vida y muerte del Acueducto de Santa Fe”, se cuenta que fue restaurado en el siglo XVI y siguió funcionando hasta el XIX. Más tarde fue demolido junto con el acueducto de dos niveles, único en su género, y que introducía agua de Chapultepec.
De hecho, la fuente de la Tlaxpana fue un gran monumento a la belleza de la ciudad. Muchos artistas de la época la incorporaron a sus obras. Tenía un diseño barroco, y se creó como si fuera un retablo de dos cuerpos dividido en tres calles por columnas estípites de una belleza que no se había visto en esos días.
En lugar de santos y mártires, los músicos ocupaban los nichos, el ático tenía el escudo de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de México custodiado por ángeles músicos; un símbolo que hoy en día es tan nacional como el escudo del águila sobre el nopal.
Fuente de inspiración italiana
La fuente se ubicaba en el cruce de lo que hoy conocemos como Circuito Interior y la Calzada México-Tacuba. Según los mapas antiguos de esta zona, la fuente de la Tlaxpana se construyó para que la gente tomara agua para sus casas, pero esta función utilitaria estaba revestida con mucho valor estético. Prueba de ello son Chapultepec y La Mariscala.
Según Guillermo Tovar de Teresa, su diseño estaba inspirado en la Fuente del Órgano de la Villa del Este en Tívoli, Italia; declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Pero propio de los creadores de la época, la Fuente de la Tlaxpana fue una copia de la estructura italiana, sino una re-interpretación del modelo, adaptándolo al imaginario y a la mentalidad novohispana. Los grabados e imágenes de la época hicieron posible que tengamos un recuerdo de la fuente.
En el centro tenía un nicho con forma de “concha”, que resguardaba a la figura de un hombre sentado de “tamaño natural” que tenía a sus pies un escudo y a sus lados otros dos hombres con instrumentos, en esta ocasión de cuerdas. Las columnas estaban adornadas por figuras de hombres con una toga cayendo sobre un lado del cuerpo; asimismo, se observan relieves cuyas formas se asemejan a enredaderas. La continua aparición de figuras con instrumentos musicales le hizo ganarse el mote de “Fuente de los Músicos”.
A finales del siglo XIX, con la idea de renovar la ciudad debido a la creciente urbanización de la capital, la Fuente de la Tlaxpana fue destruida por el arquitecto Antonio Torres Torija. Se cree que quizá, esta fuente hubiera podido ser Patrimonio de la Humanidad.