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Conoce las diversas estrategias mexicanas para recuperar el patrimonio arqueológico.
En los últimos años, ha llegado a México una gran vastedad del patrimonio arqueológico, además del que ha sido descubierto en la construcción del Tren Maya; además del material de las ciudades antiguas y un sinfín de contextos culturales dejados por nuestros ancestros en cuevas, montañas, tumbas de tiro o cenotes, y el que ha sido recuperado debido al combate del tráfico ilícito de estos bienes.
Esto nos ha hecho preguntarnos, y ¿qué se hace con todo el patrimonio cultural que se descubre, se regresa o se encuentra?
Antes de dar las ideas principales, es necesario decir que México cuenta con muchos instrumentos internacionales, como la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir, la importación, la exportación y la transferencia ilícita de bienes culturales; además de que hay muchas dependencias de ámbitos judiciales, militares, aduaneros o de relaciones exteriores, lo que ha dado pie a grupos de trabajo y comités que sesionan y colaboran con regularidad para evitar el tráfico de piezas.
A esto, se han llevado a cabo muchas campañas de concientización para los ciudadanos mexicanos que pueden volverse custodios de las piezas arqueológica, con lo que se disminuye el coleccionismo y el saqueo, a la vez que se fomenta la valorización del patrimonio. A pesar de todo, muchos expertos coinciden en la necesidad de fortalecer tales campañas, de modo que la población con el fin de que vean al patrimonio cultural como un forjador de identidad y de historia, tanto a nivel comunitario como nacional.
Ahora sí, lo primero que se hace con las piezas arqueológicas es preservarlas, estudiarlas y colocarlas en su contexto, sobre todo para que puedan aportar datos relevantes sobre las culturas antiguas de nuestro territorio. Otra de las cosas que se hacen es, por supuesto, exhibirlas.
Uno de los casos más paradigmáticos es el de una centena de piezas arqueológicas mexicanas que fueron incautadas mientras se encontraban recorriendo ilegalmente, y sin el menor cuidado, innumerables kilómetros en busca de cruzar la frontera con los Estados Unidos para integrarse a un ciclo global de expolio de nuestra cultura y bienes patrimoniales, y que ya pueden ser apreciadas por el público en el Museo Regional de Sonora.
Fueron 96 piezas arqueológicas, procedentes de culturas de Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Jalisco, Colima, Nayarit, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Yucatán y la Cuenca de México, las cuales no solo dan cuenta de la diversidad de civilizaciones que florecieron en el México antiguo, sino del trabajo y la cooperación internacional para lograr su repatriación.
Asimismo, visibiliza las acciones de investigación en torno a los bienes sustraídos ilegalmente del territorio nacional, en el marco de las acciones y estrategias jurídicas que el Gobierno de México ha implementado para facilitar la restitución, impulsadas por las secretarías de Cultura y Relaciones Exteriores, entre las que se cuentan el programa de recuperación de la memoria histórica, activada desde el sexenio anterior, con importantes avances en la restitución de piezas al país y la divulgación de las mismas.
Finalmente, se sabe que miles de piezas han sido recuperadas, entre la década de 1960 hasta el presente, específicamente piezas arqueológicas incautadas por autoridades judiciales de México o por la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza de los Estados Unidos. Con estas acciones, se continúa el impulso de políticas de protección al patrimonio arqueológico y de sus contextos de origen, así como del reconocimiento de sus valores culturales.
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