Foto destacada: Cirelda obed
Cirelda Obed Romero es una artesana que compitió con participantes de 56 países.
Cirelda Obed Romero es originaria de una pequeña comunidad veracruzana llamada Ixhuatlancillo; diminutivo de Ixhuatlán, que significa “lugar de las hojas verdes de maíz” y recientemente ha puesto en alto el nombre de México y en particular de su comunidad indígena, al ganar el premio a la Mujer del Año 2024.
Este premio fue otorgado en Brasil, en un concurso internacional de artesanías donde compitió con participantes de 56 países. Cirelda Obed ganó con un jarrón de bambú con un diseño innovador y elaborado, cautivó al jurado gracias a su originalidad y belleza, ya que la pieza combina técnicas tradicionales con un toque contemporáneo, reflejando su profundo respeto por las tradiciones de su pueblo.
Asimismo, Cirelda ha sido nombrada Mensajera de Paz en Perú, un título que la honra profundamente, por lo que la artesana utiliza su plataforma para promover la cultura y las tradiciones mexicanas, especialmente las de su comunidad ixhuateca.
“Llevo el mensaje de mujeres trabajadoras, artesanas que tienen cortadas en las manos, que no duermen, que cargan muchas cosas para llevar pan a la casa”, palabras con las que la artesana rinde homenaje a todas las mujeres indígenas, que como ella, dedican su vida a preservar su cultura y a fortalecer a sus comunidades.
Cirelda también se ha convertido en una voz a favor de la no discriminación hacia las mujeres indígenas pues a través de su trabajo, busca visibilizar la riqueza y diversidad de las culturas originarias y fomentar el respeto hacia ellas. “Hablar en Náhuatl esto es lo que a mí me enorgullece y lo digo con felicidad estoy orgullosa de ser ixhuateca”.
La historia de Cirelda Romero es una inspiración para muchas personas, especialmente para las jóvenes generaciones, su talento, perseverancia y compromiso con sus raíces son un ejemplo a seguir. Su triunfo en el escenario internacional demuestra que el talento y la creatividad no tienen fronteras y que las tradiciones indígenas pueden trascender y conquistar al mundo.
Cirelda Obed trabaja con bambú y ayuda a combatir la depresión, el estrés y permite desarrollar la creatividad de la persona. “La chica del bambú”, como le conoce la población, dijo que “el encierro por la pandemia generó en la población cuadros de depresión y estrés; muchos no se atienden como debe ser y hacer artesanías con bambú puede ser una especie de terapia para salir adelante”.
Cirelda se dedica al bambú desde hace 20 años, y desde pequeña aprendió a hacer cestos de colores para ropa, canastos de pan (guajoloteros) y también para fiestas (chiquihuites), pues sus abuelos se dedicaban a elaborarlos. Además de darlos a conocer y comercializarlos en las redes sociales, le han permitido participar en exposiciones a nivel estatal e incluso en competencias, con muy buenos resultados.
Ahora, las artesanías que diseña y hace con bambú, las comercializa en países como Perú, Colombia, Estados Unidos y Canadá. La “chica del bambú” también ha viajado a diversas comunidades para impartir talleres de capacitación a los agricultores sobre cómo aprovechar esta planta para elaborar artesanías y utilizarla en la estructura de viviendas. Ya que el bambú es conocido como uno de los materiales más resistentes que se usan desde la antigüedad, y muy útil para la elaboración de artesanías y la construcción.
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