Foto destacada: Gerardo Peña/INAH
Este documental entrelaza la vida cotidiana y la historia imperial del pueblo mexica.
Tenochtitlan: ciudad viva, es un documental que nos invita a dar un viaje de más de 500 años al pasado, para repasar el nacimiento y auge de una urbe fundada en el corazón del lago de Texcoco; mismo que se acaba de alzar con el Premio del Público de la Muestra de Antropología Audiovisual de Madrid (MAAM), entre una decena de largometrajes de países de cuatro continentes.
Esta producción de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), apoyada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, entrelaza la vida cotidiana y la historia imperial del pueblo mexica, el último en aparecer en la Cuenca de México, alrededor de 1300 d.C., encontrándose que las mejores tierras de la región habían sido ocupadas por los pueblos chichimecas, seguidores de Xólotl.
Este relato pone énfasis en la resiliencia de una cultura eminentemente bélica, de ahí que inicie con uno de los versos de los Cantares mexicanos: “Orgullosa de sí misma / se levanta la ciudad de México-Tenochtitlan / aquí nadie teme la muerte en la guerra / esta es nuestra gloria, este es tu mandato”.
El director del documental, Luis Fernando Gallardo León (Ciudad de México, 1975), quien dos años antes produjo La conquista de Tenochtitlan: un nuevo relato, se centra en la vida de una metrópolis que creció gracias al aprovechamiento del sistema chinampero, así como a la construcción de calzadas hacia los cuatro rumbos y de acueductos, que permitieron separar las aguas dulces, de las salobres del lago.
Gracias a muchos especialistas, fue posible reconstruir cómo era un día en la vida de Tenochtitlan, qué vestían y comían sus ciudadanos; cómo resolvían sus servicios públicos, qué tipo de enseñanza se impartía en el Calmécac y el Tepochcalli, cuáles eran los productos que se comercializaban en el mercado de Tlatelolco, qué tributaban los pueblos sometidos a la Triple Alianza (integrada por Tenochtitlan, Tacuba y Texcoco) y qué edificios integraban su recinto sagrado, por mencionar algunos aspectos.
Asimismo, este documental cuenta con recreaciones 3D permiten al espectador viajar a las entrañas del Templo Mayor, una pirámide doble dedicada a la adoración de Huitzilopochtli y de Tláloc, las principales deidades de los tenochcas; remar en los canales de la ciudad, flanqueados por ahuehuetes; o asistir al Huizachtépetl (Cerro de la Estrella), en Iztapalapa, donde cada 52 años tenía lugar la ceremonia del Fuego Nuevo, el Xiuhmolpilli (atadura de años), que significaba el final de un ciclo y el inicio de otro, con el surgimiento del sol y el renacimiento del mundo.
El documental también ayuda a mirar con nuevos ojos las colecciones arqueológicas de la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, y de los museos del Templo Mayor y de Tenayuca, al no solo descifrar los conocimientos vertidos en las piedras del Sol y de Tízoc, sino admirar las delicadas técnicas de la cerámica doméstica.
Tenochtitlan: ciudad viva concluye en 1519, en el reinado de Moctezuma Xocoyotzin, cuando sus pobladores ni siquiera imaginaban el arribo de las huestes de Hernán Cortés y, mucho menos, la destrucción de su ciudad, cuya fama y gloria como se menciona en Memorial breve acerca de la fundación de la ciudad de Culhuacan, no acabarán en tanto permanezca el mundo.
Aquí puedes ver el documental completo:
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