Foto destacada: BNAM MX
Este destino se creó como un puente entre la ciudad de Sonora y Arizona.
En todo el mundo es posible encontrar bibliotecas y parques públicos, pero pocas como esta biblioteca ubicada en el cruce fronterizo de Agua Prieta, y Douglas. Se trata de un espacio que conecta la zona de la garita con la ciudad y transforma el muro fronterizo en un parque lineal que culmina con la Biblioteca en un extremo y con un centro deportivo en el otro.
Se trata de un parque de más de un kilómetro de longitud cuyo pavimento de tabique genera distintos dibujos, en el cual se alternan bancas, vegetación, juegos infantiles, ciclovía y pequeñas plazas de remate de las bocacalles para minimizar el impacto violento del muro junto a las colonias residenciales.
Por este lugar transitan cerca de seis mil personas al día, que no contaban con un espacio sombreado, un lugar para sentarse o un baño. Pero lo que más destaca del lugar es la biblioteca que se eleva para formar un foro abierto y se extiende hacia el paisaje por medio de una rampa que se vuelve un mirador al acercarse de manera insólita al muro fronterizo creando un enlace en un sitio caracterizado por la fragmentación. Es un edificio que funciona como puente para poder ver hacia Estados Unidos y voltear la mirada hacia la ciudad de Agua Prieta, caracterizada por construcciones horizontales.
Es un lugar que fue inaugurado en 2020 y creado por la arquitecta Fernanda Canales, de Ciudad de México, en Agua Prieta y Naco; ciudades con altos índices de delincuencia junto a la frontera con Estados Unidos. De hecho, Agua Prieta tiene la mala fama de ser el lugar donde Joaquín el “Chapo” Guzmán construyó el primer túnel fronterizo para introducir drogas y armas en Estados Unidos. Naco tiene más carreteras sin asfaltar que asfaltadas y ambas ciudades han sido testigos de una enorme cuota de violencia, feminicidios y desilusión relacionados con los cárteles.
Esta edificación tiene un diseño que cumple varias exigencias: refleja el contexto y la historia locales, la necesidad de construir de forma rápida, barata y resistente con materiales y mano de obra de Sonora y la necesidad de responder a presupuestos limitados y a un clima extremoso, por no hablar de la delincuencia y el vandalismo.
También es un espacio multifacético, ya que cuenta con cancha de baloncesto que puede utilizarse para jugar al voleibol, boxear o dar conciertos. Las bancas de concreto se convierten en estructuras de juego. Las escaleras se convierten en asientos. Las escaleras sirven de entrada al nuevo polideportivo de Agua Prieta, Sonora. Las claraboyas angulares se inspiran en las naves industriales locales. La iluminación permite que la actividad continúe por la noche, y la entrada porosa con paredes abiertas la hace acogedora.
Asimismo, se trata de un lugar que atrae a la gente, ya que es como una plaza con patios contienen grandes mezquites y palos verdes azulados y emplean mampostería que se funde con los propios edificios. Hay celosías inspiradas en los tradicionales biombos mexicanos, proporcionan intimidad al tiempo que dejan pasar la brisa y la luz.
La planta baja es una zona de esparcimiento al aire libre, con escaleras en semicírculo de concreto que sirven de gradas y un escenario cubierto con un mural pintado por los alumnos con plantas y criaturas míticas de vivos colores. En esta área, se realizan celebraciones y espectáculos, al tiempo que sirve de lugar fresco y sombreado para que los padres esperen a sus hijos, que suelen ir a la escuela al otro lado de la frontera.
Una ondulante rampa de concreto conduce al segundo piso recubierto de vidrio de la biblioteca que da acceso a sillas de ruedas y ofrece un punto de vista excepcional desde el que se puede contemplar Agua Prieta y Douglas, Arizona. La arquitecta, Canales, comentó que asumió un riesgo al situar el edificio y un largo parque adyacente tan cerca de la frontera. Pero quería crear un diálogo con una infraestructura que durante tanto tiempo ha sido un símbolo intimidatorio de separación y miedo.
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