Energía Oceánica en México: el tesoro más buscado de la historia está en el mar

Foto destacada: Berend Kort

La Energía Oceánica de México, ubica al país dentro de los 16 mejores lugares en el mundo.

 

El mar es un gran misterio y una increíble fuente de vida, que además de preservar tesoros de miles de millones de dólares, y botines que han sido codiciados por generaciones enteras de expedicionistas que sueñan con su descubrimiento; cuenta con otro tipo de tesoro único.

Se trata de la energía oceánica, una central capaz de suministrar energía a toda una región de México o, más precisamente, a un millón de viviendas. Ese es el potencial energético de la corriente que fluye en el canal de Cozumel, un estrecho entre la isla del mismo nombre y Yucatán, que podría proporcionar energía a toda la península.

La energía oceánica o marina es una fuente de energía renovable emergente que continúa bajo investigación, pero con los prototipos instalados en el mar de países como Francia, Reino Unido, España y Corea del Sur. Sin embargo, el potencial que tiene la corriente del canal de Cozumel para generar energía eléctrica lo coloca dentro de los 16 mejores lugares en el mundo con el mayor potencial energético (y esto tan solo considerando la generación a través de corrientes marinas). Con esta enorme ventaja en casa, México no se queda atrás en el tema de investigación y desarrollo.

Es posible que este tipo de fuente de energía sea capaz de abastecer a toda una región, además de ser una fuente de energía renovable, inagotable, limpia y predecible. La energía oceánica, también conocida como marina, es una fuente renovable en desarrollo. Investigadores nacionales, como el equipo del Centro Mexicano de Innovación en Energía Océano (CEMIE-Océano), trabajan en proyectos innovadores para aprovechar el potencial de las corrientes marinas, entre otros recursos del océano.

Berend Kort

Las formas de aprovechar la energía marina se dividen en seis categorías principales: Energía mareomotriz, que utiliza represas para capturar el movimiento de las mareas; en corrientes marinas, en donde se extrae energía del flujo submarino mediante turbinas.

También cuenta con energía undimotriz, capaz de generar electricidad a partir del movimiento de las olas. El Gradiente salino, que hace la diferencia de densidad entre agua dulce y salada en las desembocaduras de ríos; el Gradiente térmico, que aprovecha la diferencia de temperaturas entre aguas profundas y superficiales; y finalmente la Energía offshore, que incluye tecnologías como turbinas eólicas y paneles solares flotantes instalados en el mar.

La energía oceánica tiene otras ventajas significativas: es renovable, limpia y potencialmente abundante en regiones costeras como México. Sin embargo, también enfrenta desafíos importantes. Es necesario balancear la generación de energía con la protección de los ecosistemas marinos para evitar efectos adversos como la dispersión de nutrientes o alteraciones climáticas locales.

Además, la instalación y mantenimiento de infraestructura marina son más caros en comparación con otras tecnologías renovables, como la solar o la eólica. En países en desarrollo como México, los cambios administrativos pueden interrumpir proyectos a largo plazo.

Berend Kort

Por ejemplo, el Alto Golfo de California es idóneo para energía mareomotriz; la costa del Pacífico, para energía undimotriz; y lugares como Cozumel destacan en el aprovechamiento de gradiente térmico y corrientes marinas. El CEMIE-Océano ha trabajado durante casi una década en proyectos de investigación y desarrollo tecnológico en este campo. Han logrado avances como turbinas submarinas, materiales hidrofóbicos para evitar biocidas y membranas a base de sargazo, cuya producción podría ser hasta 100 veces más económica que las actuales.

Asimismo, avanza en la generación de energía limpia con innovadores proyectos y ya se avanza en la construcción de la primera planta comercial de energía undimotriz en América Latina, ubicada en la playa de Manzanillo. Con una inversión de 264 millones de pesos, este proyecto transformará el oleaje del mar en electricidad a través de flotadores especializados, generando hasta 18,200 MWh al año.

Esta iniciativa, junto a la planta solar en Coahuila, refuerza el compromiso del país con la sustentabilidad, diversificando sus fuentes energéticas y aprovechando recursos naturales renovables. Sin duda, un paso clave hacia un futuro más verde.

Sin embargo, la energía oceánica no debe sustituir a otras tecnologías, sino complementarlas. Al igual que ocurre con el transporte marítimo en el comercio global, esta fuente de energía tiene un papel específico en un panorama energético diversificado. El éxito de la energía oceánica en México, dependerá de una visión estratégica que considere la educación, la investigación interdisciplinaria y la colaboración internacional. 


Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *