El mamut colombino fue sin duda el rey del Valle de México hace 20 mil-10 mil años, a finales del Pleistoceno. Con una enorme población que abarcaba prácticamente toda América del Norte y Centroamérica, este coloso fue un animal sin igual. Pasados milenios tras su extinción, nuestro país ha sido particularmente rico en yacimientos paleontológicos de estos paquidermos. Sin embargo, inclusive teniendo tanta abundancia fósil, los trabajos en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles lo cambiaron todo. Y que allí se encontró el mayor número de restos de mamut colombino en todo el mundo. Fue así que nació la Central de Mamuts.

El AIFA y la Central de Mamuts
Desde que iniciaron las obras para construir el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), se empezaron a encontrar restos fósiles de mamuts colombinos. El primero de esos descubrimientos en Santa Lucía, Estado de México, fue en noviembre del 2019. Desde esa fecha hasta la inauguración del centro aeroportuario y del Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin en 2022, se hallaron como mínimo 200 restos de estos animales.
Esto convirtió a la zona que comprende el aeropuerto y el museo, en el mayor yacimiento en el mundo de estos proboscidios. Por eso recibió el nombre de Central de Mamuts. El lugar anterior que reunía tantos especímenes era el Sitio del Mamut en Dakota del Sur, Estados Unidos. Contaba con 61 restos fósiles.

El antiguo sistema lacustre de Texcoco y la Central de Mamuts
Muchos se preguntan porque la Central de Mamuts concentra una alta cantidad de los restos fósiles de estos paquidermos. La respuesta es relativamente sencilla: debido a que era parte de las orillas del sistema lacustre de Texcoco. Entre hace 10 mil y 20 mil años, la vida era rebosante en este ecosistema. El conjunto de lagos y pantanos atraía a muchos animales de la época. Además de los mamuts colombinos, había camellos, perezosos gigantes y caballos. También existían varios depredadores, por ejemplo los tigres colmillos de sable y posteriormente los primeros seres humanos del continente.
Debido a las condiciones de aquellos antiguos pantanos y lagos, muchos animales quedaron atrapados en su suelo fangoso. Es probable que muchos mamuts se atascaran accidentalmente, mientras que otros fueron conducidos allí por cazadores homo sapiens para darles muerte de manera sencilla. Esto último se ha inferido gracias al hallazgo de herramientas humanas en la zona.

El mamut colombino: el rey del Pleistoceno en México
Gracias al inusitado número de restos fósiles de estos paquidermos, hoy se puede decir que ellos fueron los reyes del Pleistoceno en México. El mamut colombino (Mammuthus columbi) fue uno de los últimos de su linaje. Nombrado así en honor a Cristóbal Colón, esta especie apareció en el continente americano hace 1.5 millones de años.
Los mamuts colombinos alcanzaban una altura de 4 metros. Era un animal herbívoro notablemente grande, ya que podía alcanzar hasta las 10 toneladas de peso entre los machos más grandes. No tenía un pelaje abundante como el mamut lanudo, por lo que no sería descabellado llamarlo «elefante americano»; de hecho, su pariente más cercano es el elefante asiático. En México habitó en pastizales y matorrales, así como en bosques de coníferas, bosques tropicales y zonas con vegetación acuática. Se extinguió hace 8 mil años debido a los cambios climáticos que redujeron sus hábitats y alimentos.

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