En un descubrimiento sin precedentes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recuperó restos fósiles de megafauna que datan de hace al menos 10,000 años en Tula, Tamaulipas. El hallazgo fue posible gracias a una denuncia ciudadana que alertó sobre la presencia de huesos en una pared de arroyo.
Especialistas del Centro INAH Tamaulipas se trasladaron de inmediato a la zona para rescatar los restos, entre los que se identificaron partes de un équido, un camélido y un proboscidio, este último aún en estudio para determinar si se trata de un mastodonte o un mamut. Según el INAH, los fósiles estaban depositados en un antiguo cauce aluvial, lo que facilitó su conservación.

La acción conjunta entre arqueólogos, biólogos, autoridades locales y la comunidad evitó el saqueo de los bienes paleontológicos y permitió su traslado seguro al Centro INAH en Ciudad Victoria, donde actualmente son restaurados y analizados.
El depósito de megafauna del Pleistoceno tardío
Los especialistas explicaron que el sitio corresponde a un depósito de sedimentos con arenas, limos y gravas.
En él, con el paso del tiempo, quedaron atrapados huesos de distintas especies. “Emprendimos una exploración más amplia que nos permitió ubicar también parte de la mandíbula con dientes de un camélido y el molar superior de un équido”, explicó el biólogo Ángel Banda.
Uno de los elementos más sobresalientes del hallazgo fue un coxal de proboscidio, expuesto parcialmente sobre el terreno. Aunque aún se requieren análisis de gabinete, se estima que el conjunto tiene más de 10,000 años, lo que lo sitúa en el Pleistoceno tardío, una etapa clave para entender la extinción de grandes mamíferos en América.

Una colaboración ejemplar que preserva la historia
Este hallazgo refuerza la importancia de la colaboración entre ciudadanía e instituciones.
La arqueóloga Tonantzin Silva, directora del Centro INAH Tamaulipas, destacó: “Hacemos un llamado para que, ante cualquier hallazgo de tipo arqueológico o paleontológico, se notifique al instituto, de modo que el patrimonio pueda ser investigado y resguardado adecuadamente”.

El presidente municipal de Tula, René Lara Cisneros, gestionó el resguardo del sitio con apoyo de la Policía Estatal, garantizando así que los trabajos se realizaran sin contratiempos. La recuperación se llevó a cabo entre el 17 y 18 de abril.
Actualmente, los restos óseos se encuentran en proceso de limpieza y análisis. Esta etapa permitirá conocer detalles como dimensiones, especies, y posibles conexiones con otros hallazgos en la región. La información que se obtenga podría ofrecer nuevas pistas sobre la fauna extinta que habitó el actual territorio mexicano y reconfigurar nuestra visión sobre la prehistoria del país.
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