No hay plazo que no se cumpla y este 17 de junio la Ley Silla entró en vigor. La reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) incorporó nuevas obligaciones para los empleadores con el objetivo de prevenir riesgos asociados a trabajar de pie por tiempos prolongados, un derecho laboral en el que México tenía un rezago de hasta 110 años en comparación con economías similares.
“Lo exigible es que todos aquellos empleos que requieran que los trabajadores estén de pie durante varias horas, tengan a su disposición una silla con respaldo que les permita descansar y puede que este asiento lo tengan accesible en su lugar de trabajo, o bien que se les permita acudir a un espacio específico para usar esa silla”, explica Estefanía Rueda, socia de la firma Littler.
Luego de 180 días de su promulgación, este 17 de junio entró en vigor la Ley Silla, una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que reconoce el derecho al descanso durante la jornada laboral y obliga a los empleadores a proporcionar asientos con respaldo para tomar una pausa.
¿Qué cambia con la Ley Silla? Además de la obligación patronal de otorgar los asientos, ahora la LFT prohíbe a las empresas obligar a los empleados a permanecer de pie la totalidad de la jornada laboral. El objetivo de la reforma es prevenir riesgos asociados a la exposición prolongada en una postura vertical.
Antes de la reforma laboral, la Ley Federal del Trabajo establecía la obligación de otorgar el número de sillas suficientes para los trabajadores; sin embargo, la disposición no estaba vinculada con el derecho al descanso, se interpretaba más como una herramienta para desempeñar las actividades.
La Ley Silla es de los pocos cambios a la LFT que tienen una conexión con el descanso en el trabajo, junto con la reforma de vacaciones o el derecho a la desconexión digital establecido con la reforma de teletrabajo, son las últimas modificaciones a la legislación laboral que se han enfocado en esta materia.
Aunque la nueva regulación obliga a los empleadores a otorgar los asientos con respaldo, estos deberán estar en un espacio que la empresa destine para este fin; es decir, no hay una obligación de colocar las sillas en el lugar donde se desarrollan las actividades.
La Ley Silla está dirigida principalmente a centros de trabajo del sector de servicios, comercio y análogos. En empresas con giro industrial, la disposición sólo será aplicable si la naturaleza de las actividades lo permitan.
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