La riqueza de la gastronomía mexicana tiene una gran reputación gracias a los sabores y variedad de ingredientes que se requieren para elaborar una sola receta. Y dentro del mundo de los postres, el pan de elote se ha ganado un lugar muy especial en el corazón de los mexicanos. Es una preparación que recuerda a momentos de hogar, perfecto para acompañar una taza de café o chocolate caliente.
Esta vez te contamos sobre la historia de esta clásica creación mexicana que aprovecha las bondades del elote más allá de las recetas saladas. Además, es muy fácil de preparar, así que te dejamos una receta que puedes seguir sin pierde para disfrutar un pan de elote cuando quieras en casa.
Un postre para homenajear al elote
Con relación al origen de este postre, se tiene registro que su preparación comenzó durante el Virreinato. Gracias al intercambio cultural, en México se aprendieron ciertas técnicas de pastelería que dieron lugar al pan de elote. En nuestro país podemos encontrar cerca de 60 especies de maíz completamente nativas. Han abierto las posibilidades a la masa azul, roja y hasta blanca.
Si bien la masa se utiliza en su mayoría para preparaciones saladas, como tortillas, sopes o tlacoyos, las posibilidades del maíz no terminan aquí. De esta manera el pan de elote es un panque sólido y con gran humedad en su interior. Gracias a la anatomía de los granos de elote, es posible presidir de utilizar harina, pues con ayuda del huevo y el polvo para hornear se logra una receta perfecta.
Actualmente la receta original del pan de elote ha sufrido algunos cambios, pero nada de que preocuparse. Estos nuevos sabores se han presentado como recetas locales que se han vuelto todo un éxito. El endulzante que se utiliza comúnmente es la leche condensada y en algunos casos, para añadir un poco de cremosidad es posible añadir queso crema. También puede acompañarse con helado de vainilla o un poco de cajeta.

