Bajo su imponente exoesqueleto de metal, en pleno barrio de Santa María la Rivera, el Museo Universitario del Chopo cumple 50 años como uno de los uno de los espacios museísticos más activos en cuanto a la reflexión, muestra y toma de acciones de los movimientos contraculturales, artísticos experimentales y disidentes del país.
Para celebrar estas cinco décadas, presenta una nutrida programación, desde una exposición conmemorativa y conferencias, hasta conciertos. Además, realizará cambios en su distribución espacial, con renombramiento de salas, y revisión de sus diferentes archivos y repositorios.

“El museo siempre se ha caracterizado por escuchar a sus comunidades, tanto, que muchos proyectos han venido de ellas. Seguimos siendo un museo cuyo reto es no perder el foco en el verbo de la escucha, el ser porosos y elásticos, para estar abiertos a replantearnos los contenidos, los proyectos y los quehaceres”, dijo Sol Henaro, actual directora del museo.
“50 años no es la celebración de esta gestión, sino el resultado de todas las personas que han dado un distintivo en su paso en el tiempo por esta institución”, agregó la también curadora de arte contemporáneo que describe que El Chopo es “un centro social trasvestido de museo”.

Exposiciones, conciertos, ediciones y más
Con su inauguración el próximo 21 de agosto, la exposición conmemorativa “Era un árbol y se convirtió en un bosque. 50 años del Museo Universitario del Chopo”, marca el arranque de las celebraciones. La muestra fue curada de forma colectiva a través de un seminario que el museo impulsó para incluir diferentes perspectivas de sus áreas.
“Si bien no es una exposición cronológica de fechas y eventos, sí retomamos algunos proyectos medulares que se han impulsado en cada gestión para también dar cuenta de la pluralidad de prácticas, de manifestaciones y formas de hacer que han atravesado estos 50 años”, dijo la curadora Karol Wolley.
La muestra está inspirada en cuatro modelos museológicos: el gabinete de curiosidades, el salón del siglo XVIII, el centro de documentación y sala de exposición contemporánea. Se evoca el tiempo en que a inicios del siglo XIX el recinto albergó al Museo de Historia Natural, la condición de acervo artístico, con 480 obras bajo su resguardo, de las que se exhiben 89, y hace referencia al museo como espacio de apoyo a movimientos sociales.
Además de la exposición el museo lanzará el programa editorial “Agentxs Chopo”, dirigido a niños con actividades gratuitas; se realizarán actividades conjuntas con el Tianguis Cultural del Chopo y habrá una programación de películas en su Cinematógrafo, con una proyección especial de “La montaña sagrada” (1973) de Alejandro Jodorowsky, que fue filmada en ese espacio.
Se inaugurará la exposición de la pieza “Quetzalcoatlus” de Marta Palau, que forma parte de la colección del museo; ésta se restaurará de forma abierta al público como un acto performático que después se presentará en el MUAC.
Restructuraciones y rediseños
Sol Henaro aseguró que la estructura del museo, diseñado por el arquitecto alemán Bruno Möhring en 1902, está bajo constantes procesos de conservación, pero este año los trabajos de remodelación y cuidado han sido mayores.
Para estas celebraciones hay salas que cambian su nombre ahora las galerías Sur, Central y Rampas se llamarán: Elena Urrutia (primera directora del museo), Jorge Pantoja, que impulsó el proyecto que derivó en el Tianguis del Chopo, y Javier Covarrubias, fundador de la Semana Cultural Lésbica Gay.
El museo está por reestructurar su página web y rediseñará su repositorio Archivo Desobediente, al tiempo que buscará la socialización de su colección artística. Para el primer trimestre el año lanzará un libro conmemorativo por los 50 años.

