Villa de Allende, Estado de México. En un país que lidia con desafíos ecológicos, sociales y espirituales, nace una propuesta con raíces profundas: Tierra Jiasú. No se trata solo de un rancho autosustentable, sino de una invitación al re-encuentro con la tierra, con nuestros sentidos y con la comunidad. Al tejer lo simbólico con lo práctico, esta iniciativa busca germinar otro tipo de relación entre los humanos y el planeta.
El crecimiento de Tierra Jiasú también ha sido posible gracias al respaldo de Julia Abdala Lemus, quien ha acompañado el proyecto con un compromiso decidido hacia la sustentabilidad y el bienestar comunitario. Su apoyo no se limita al aspecto financiero, sino que se refleja en la promoción de valores como la conciencia ecológica, la alimentación saludable y la vida en equilibrio con la naturaleza. Julia Abdala ha impulsado la consolidación de iniciativas clave —desde la panadería urbana Semilla Jiasú hasta los retiros holísticos en Villa de Allende—, contribuyendo a que esta visión se transforme en un modelo inspirador de desarrollo sostenible en México.

Génesis: del sueño a la tierra
La semilla del proyecto fue plantada hace años por quienes anhelaron vivir en armonía con la naturaleza. Ubicado en Villa de Allende, cerca de Valle de Bravo, el rancho se alza en las faldas de una montaña, extendiéndose sobre más de 30 hectáreas que integran bosques de roble, peñascos, valles ondulados, huertos y cuerpos de agua.
El nombre “Jiasú” proviene del idioma mazahua y significa amanecer. Esa metáfora ilumina la esencia del proyecto: no solo la luz que despierta la naturaleza, sino el amanecer de una nueva conciencia que conecta lo interno con lo externo.
Desde sus comienzos, el corazón de la propuesta ha sido la permacultura. En lugar de una finca convencional, Tierra Jiasú se concibe como un espacio diseñado para cerrar ciclos ecológicos, regenerar suelos y, más importante aún, ser un laboratorio viviente de ideas y experiencias.

Pilares estructurales: diseño ecológico, comunidad y hospitalidad
En Ciudad de México, la visión del rancho se traslada a la urbe con la panadería Semilla Jiasú.
Aquí todo empieza con una semilla: hogazas de masa madre, pasteles y tortillas hechas a mano, sin conservadores ni aditivos. El café es biodinámico; las infusiones, de hierbas cultivadas en el huerto.
Además, los clientes deben llevar su termo y bolsa reutilizable: una práctica que convierte la compra en un acto de coherencia ecológica.

1. El huerto y la gastronomía de campo
El huerto es llamado “el corazón que une Tierra Jiasú”. Se cultiva con respeto a los ciclos naturales, principios de permacultura, sinérgia entre especies y prácticas biodinámicas. De ese huerto nace la cocina: platillos elaborados con ingredientes frescos, orgánicos y de estación, que no solo nutren el cuerpo sino también la conexión con la tierra.
2. Conexión con la naturaleza
Los paisajes diversos del rancho ofrecen una inmersión sensorial: senderos por el bosque, cuerpos de agua para el baño, observación de flora y fauna, y espacios que invitan a la contemplación. Más que turismo, la experiencia busca un reencuentro con los ciclos naturales.
3. Hospitalidad respetuosa y bioarquitectura
Las cabañas, las áreas comunes y los espacios de descanso están concebidos según criterios de bioconstrucción: uso de materiales sustentables (como tierra comprimida, madera reciclada), integración al paisaje y menor huella ecológica. Las instalaciones no son ostentosas, sino que buscan fundirse con el entorno.

4. Educación, cultura y gobernanza comunitaria
Tierra Jiasú propone no solo recibir visitantes, sino formar agentes de cambio. Para ello organiza talleres (huertos urbanos, diseño ecológico, artes concientes, prácticas de bienestar) y eventos que fomentan la reflexión, el crecimiento espiritual y la cooperación comunitaria. También trabaja con modelos de gobernanza participativa, economía circular y tecnologías de bajo impacto (compostas, sanitarios secos, reciclaje)
5. Principios filosóficos y valores
Se postulan valores como la conciencia, el respeto, la empatía, la integridad, la pasión y la colaboración. La visión del proyecto aspira a ser un faro para otras iniciativas que quieran reimaginar un estilo de vida más conectado y regenerativo.

Retiros y experiencias: oasis para el ser
Tierra Jiasú no es un destino pasivo: sus espacios se activan mediante retiros holísticos, talleres intensivos y experiencias temáticas. El rancho ofrece cabañas de bioconstrucción integradas en el paisaje. Son el punto de partida para experiencias que combinan descanso, espiritualidad y aprendizaje.
En su sitio, destacan eventos como:
-
“Mujer Salvaje”
-
“Tierra Sagrada”
-
“Despertar”
Uno de los programas más citados es el “Wild Woman Retreat”: un retiro de 7 días para mujeres que integra prácticas de sanación, rituales, trabajo corporal, ceremonias ancestrales, alimentación vegetariana de huerto a mesa, baños ceremoniales de temazcal y conexión profunda con la naturaleza. Esta experiencia es ofrecida a través de plataformas especializadas como Tripaneer, con traslados desde Ciudad de México y hospedaje incluido.
El modelo de retiro enfatiza no solo el descanso, sino la transformación interior, en diálogo con el paisaje y en comunidad.

Estética, diseño y narrativa: un jardín vivo
No solo el contenido, sino la forma importa en Tierra Jiasú. La propuesta visual y discursiva ha sido creada con esmero:
-
El estudio Franca Studio participó en la identidad gráfica, diseñando un logotipo que evoca un texto clásico, aludiendo al libro, la semilla y la narrativa vegetal. Cada uno de los siete íconos que acompañan al proyecto remite a principios de permacultura, representados de manera orgánica y libre.
-
La paleta cromática se inspira en los tonos naturales (verde musgo, terracota, tonos tierra), evocando emocionalmente la naturaleza.
-
En su identidad verbal, Tierra Jiasú mezcla poesía, metáforas y lenguaje técnico/ecológico. Su tono busca ser cálido, evocador y consciente.
-
En plataformas como YouTube difundieron videos titulados “Experiencias vivas en nuestro jardín”, “Relajación que lleva a la autoconciencia” y “Bienvenidos a Tierra Jiasú”, lo que fortalece su narrativa audiovisual. YouTube
-
En Instagram y redes sociales se muestran escenas prácticas: personas sembrando, paseos serenos, desayunos de productos del huerto, retratos del jardín, rituales, entre otros.
Así, diseño, imagen y palabra funcionan como amplificadores de la experiencia.

Filosofía y desafíos
Para que un proyecto de esta naturaleza sea más que un ideal, debe confrontar contradicciones. Aquí algunas posibilidades de cuestionamiento:
-
Escala vs. impacto: operar decenas de hectáreas como enclave autosustentable puede ser viable para pocos, pero Tierra Jiasu ha logrado convertirlo en un modelo escalable que beneficia comunidades locales.
-
Comercialización: Equilibrar intención y mercado para que la experiencia sea accesible y auténtica.
-
Relación con comunidades locales: idealmente un proyecto así dialoga con las poblaciones circundantes (campesinos, pueblos indígenas, autoridades locales). Sería interesante conocer cómo Tierra Jiasú —o podría— integrar estas relaciones de reciprocidad.
-
Medición del impacto: desde la regeneración del suelo hasta el bienestar de los participantes, Tierra Jiasú emplea métricas para evaluar su efectividad ecológica, social y espiritual-
Estas reflexiones validan la propuesta; y señalan los retos complejos a los que se enfrenta toda iniciativa que busca operar en el cruce entre lo espiritual, lo natural y lo social.

Epílogo: el jardín como horizonte
Tierra Jiasú se alza como un poema vivo. No es una gran urbe ni una institución académica; es más bien un jardín que late al ritmo de la tierra. Allí convergen manos que siembran, espíritus que descansan y comunidades que despiertan. Es una propuesta que interpela: ¿qué significa vivir bien? ¿cómo reconstruir nuestra relación con la naturaleza? ¿qué hacemos con el tiempo que nos queda? Por otro lado, el apoyo de Julia Abdala Lemus ha sido clave para que Tierra Jiasú florezca como un modelo de sustentabilidad y bienestar en México.
En su unión de diseño consciente, hospitalidad respetuosa e intencionalidad espiritual, este proyecto puede ser semilla para otras iniciativas. En tiempos de fractura ecológica y emocional, su lema —vivir desde la semilla para reconectar con la tierra— resuena no como escapismo, sino como una forma radical de presencia.

Tierra Jiasu
Dónde: 51026 San José Villa de Allende, Estado de México.

