Una entrañable tradición de la Cañada oaxaqueña son los huehuentones, alegres viejos que regresan como las almas de los difuntos en la temporada de día de muertos.
En Huautla de Jiménez (a 6 horas aproximadamente de la capital del estado), cada 27 de octubre salen los huehuentones, hombres que con atuendos tradicionales, máscaras de madera y sombreros de mimbre, recorren las calles llenas de neblina cantando versos en mazateco que recuerdan historias del pasado.
Quienes han decido contribuir en esta fiesta se dan cita en el panteón municipal, aquí se hacen participes de una ceremonia ritual en donde se utilizan 52 velas que sirven para pedir a las animas el permiso de iniciar la fiesta. Una vez concluido este rito se escucha el violín y con un grito de emoción se marca el inicio de la procesión que año con año se sigue conservando como una muestra de las creencias mazatecas.
Las decenas de huehuentones tienen como obligación visitar la Catedral de San Juan Evangelista y el altar de muertos que se ubica en su interior, si lo desean pueden escuchar la celebración religiosa y una vez consumada, los huehuentones pueden dispersarse por las calles y casas de este pueblo mágico en donde se les invita a bailar, cantar, degustar bebidas y alimentos.
Esta peculiar tradición forma parte de las creencias que envuelven el regreso de los seres queridos a este mundo para convivir con amigos y familiares entre música, atole agrio, tesmole y la gastronomía mazateca.
Estas magnificas representaciones recorren cada noche las calles de Huautla de Jiménez del 27 de octubre al 2 de noviembre de cada año.
¿Qué es la danza de los huehuentones?
La tradicional danza de los Huehuentones surgió hace siglos en la región de la Cañada, en la Sierra Mazateca, entre las comunidades de este pueblo originario. Su raíz sincrética se evidencia en la etimología de huehue, «viejo» en lengua náhuatl, y en la fecha de su realización: el Día de Muertos. Es una práctica prehispánica en una celebración del cristianismo católico. Este baile-ritual se ejecuta sobre todo en Huautla de Jiménez, Santa María Chilchotla, San José Tenango, San Pedro Ocopetatillo, Eloxochitlán de Flores Magón y San Mateo Yoloxochitlán.
En sí, esta coreografía es un ritual para invocar a los muertos por medio de una ceremonia en los panteones de cada población. En dichos lugares se les pide permiso a los difuntos para festejar su muerte y traerlos de regreso, invocándolos en los cuerpos de los hombres elegidos para participar en la danza. Además, en el ritual también se emplean más de 50 velas, las cuales tienen el propósito de ser el canal de comunicación con los muertos.
La danza de los Huehuentones se realiza en las jornadas que comprenden del 27 de octubre al 5 de noviembre. El ritual inicia desde el mediodía del 27 de octubre, con todos los participantes reunidos en los panteones de las iglesias principales de cada comunidad. Es en ese momento que el catequista del sitio pide permiso para que regresen los difuntos del mundo ultraterreno. Esta invocación sirve para que cada danzante «preste» su cuerpo a las almas de los muertos, y estas puedan convivir con sus seres queridos. El baile que realizan los huehuentones es para venerar a la tierra y vincularse al mundo espiritual. Acompañados de la música de guitarras, violines y percusiones, permiten que durante aquellos días, vivos y muertos convivan una vez más.
