A partir de enero de 2026, todas las personas que utilicen un número de teléfono celular en el país deberán registrar su línea asociándola con su CURP o pasaporte, como parte del nuevo Padrón de Usuarios de Telefonía Móvil impulsado por las autoridades federales.
Un registro para mayor seguridad
El propósito central de este nuevo padrón es mejorar el control sobre el uso de líneas telefónicas y reducir delitos como la extorsión o el fraude. Con este sistema, cada línea estará vinculada a una identidad única, lo que permitirá rastrear con mayor precisión el uso indebido de los números móviles.
Cómo será el proceso
El registro comenzará con un periodo de prueba antes de su implementación total en 2026. Durante los primeros 120 días hábiles, los usuarios deberán inscribir su número con su CURP o pasaporte.
De no hacerlo dentro del plazo establecido, la línea podría quedar fuera de servicio, excepto para llamadas de emergencia.
El proceso aplicará tanto para líneas de prepago como de pospago, y podrá realizarse de forma digital o presencial, según lo determine cada operador.
Calendario y ajustes tecnológicos
Se prevé que, si no hay retrasos, el sistema de registro esté plenamente operativo hacia julio de 2026. Las empresas de telefonía móvil deberán desarrollar plataformas electrónicas para procesar los registros de manera segura y eficiente, lo que implicará una inversión tecnológica considerable.
Además, se impulsará la capacitación del personal de atención al cliente para garantizar que los usuarios comprendan cómo realizar el trámite correctamente y sin contratiempos.
Qué deben hacer los usuarios
Para prepararse con anticipación, las autoridades recomiendan:
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Mantener activa la línea telefónica dentro del territorio nacional.
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Tener la CURP o pasaporte actualizado.
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Estar atentos a los avisos de su compañía telefónica sobre fechas y procedimientos específicos.
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Cumplir con el registro dentro del periodo indicado para evitar la suspensión del servicio.
Un paso hacia la identidad digital
El nuevo padrón de telefonía representa un cambio importante en la relación entre los usuarios y los servicios móviles en México. Más allá del control, busca fortalecer la seguridad digital y promover una cultura de responsabilidad tecnológica.
Para millones de personas, este proceso marcará el inicio de una nueva etapa en la manera de administrar su identidad y sus comunicaciones en un entorno cada vez más interconectado.
