Geles Cabrera, la gran escultura contemporánea, llegó al Palacio de Bellas Artes

Una nueva gran exhibición en el Museo del Palacio de Bellas Artes reúne más de 100 piezas de Geles Cabrera, una de las pioneras de la escultura contemporánea en México.

 

Desde el primer instante en que se recorren las salas Siqueiros, Camarena, Orozco y Tamayo del Museo del Palacio de Bellas Artes, se siente como si el aire mismo se hubiera modelado: curvas que evocan cuerpos, líneas que sugieren movimiento, vacíos que expresan presencia. Es el universo de Geles Cabrera (Ciudad de México, 1926), la artista que entendió la escultura no como objeto inmóvil sino como extensión del cuerpo, del espacio y del ritmo vital.

La exposición titulada “Geles Cabrera. Partituras corporales” —que estará abierta hasta el 5 de abril de 2026— reúne cerca de un centenar de piezas provenientes de colecciones públicas y privadas, “sintetizan más de siete décadas de creación artística, guiada por la relación entre el espacio, el movimiento y el cuerpo”. 

México, CDMX. 12/11/2025. Museo Nacional de Palacio de Bellas Artes. Recorrido a medios exposición “Geles Cabrera. Partituras corporales”. Fotos: Abraham Goldsmit Karakowsky/ Secretaría de Cultura

Pionera, gestora, cuerpo en expansión

Hablar de Geles Cabrera es hablar de una de las primeras escultoras profesionales en México, de una creadora que no esperó pasivamente el reconocimiento sino que generó espacios: en 1966 fundó en Coyoacán el Museo Escultórico para dar visibilidad a su obra —y a la de otras artistas— ante la indiferencia de las galerías tradicionales.

Su formación incluyó la Academia de San Carlos, la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, y también una estancia en la Academia de San Alejandro en La Habana. 

La muestra no sólo rescata la maraña de objetos escultóricos, sino que los organiza en tres núcleos temáticos: (1) Partituras corporales, que aborda al cuerpo humano como punto de partida y lenguaje visual; (2) Coreografía escultórica, que explora el movimiento, el ritmo, la relación del cuerpo con la materia; (3) Museo Escultórico, que revive la propuesta de autogestión de Cabrera y abre el diálogo con tres escultoras contemporáneas: Madeline Jiménez Santil, Manuela García y Paula Cortázar. 

Escultura que respira, que camina, que habita

Una de las grandes virtudes de esta exposición es que invita a repensar la escultura como experiencia viviente —no sólo como pieza para mirar, sino para caminar alrededor, para ver cómo la luz, el aire, el cuerpo del espectador cobran protagonismo. El curador del Museo enfatiza que “las esculturas de Geles están hechas para permanecer en jardines, donde la luz del sol y el viento interactúan con ellas”.

Así que visitar esta exposición es deslizarse por un plano donde lo íntimo y lo monumental convergen: formas que evocan perfiles, vientos, cuerpos suspendidos; piezas tan diversas como Perfil del viento (1965), o la escultura en piedra recientemente restaurada y exhibida por primera vez en este contexto. 

Un legado para el hoy

En un momento histórico en que muchas voces del arte piden recuperar y visibilizar las trayectorias de mujeres creadoras, esta exhibición coloca a Geles Cabrera en pantalla completa: “muchas veces la práctica escultórica ha estado relegada… pero para nosotros es fundamental hablar de estas pioneras”.

Además, la exposición no se queda en el pasado. Junto al montaje, se despliega un programa público de visitas guiadas, talleres y actividades mediadas que activan los ejes de cuerpo, escultura, arquitectura y danza.

Para quien trabaja en medios —como nosotros en MXC.com.mx— esta exhibición ofrece también una ventana para contar historias: del cuerpo como espacio político y creativo, de la escultura como manifestación de libertad, y del arte mexicano que se construye desde adentro, de su materia, de su propio pulso.

Cómo aprovechar la visita

  • Lleva tiempo: no se trata de “una exposición más”, sino de dejarse llevar por los vacíos y las masas, por la tensión que generan.

  • Visita con mente abierta: observa no sólo las formas sino cómo se relacionan con el espacio alrededor, la luz, el cuerpo del otro visitante.

  • Participa en alguna de las actividades públicas: el taller “Ser la piedra”, o “Formas ambientales”, pueden transformar tu percepción de la escultura.

  • Lleva cámara o libreta: algunas piezas se prestan para inspirarse, para conectar con tu propia voz creativa (sea literaria, artística o editorial).

  • Y, por supuesto, hazlo con la tranquilidad de que celebras lo mejor del arte mexicano: una historia —la de Geles Cabrera— que sigue latiendo, que sigue moviéndose.

Ya está abierta y la podrás ver hasta el 5 de abril de 2026.