CDMX se pinta de nochebuenas: las flores llegan al Zócalo y Chapultepec

La Ciudad de México da la bienvenida a la Navidad con una explosión de color y tradición: la venta de nochebuenas comenzó oficialmente, y este año llega con una producción récord de casi dos millones de plantas. Desde los campos chinamperos de Xochimilco y Tláhuac hasta el corazón del Centro Histórico, la flor emblemática de la temporada vuelve a llenar plazas, parques y hogares con su característico tono rojo intenso.

El arranque de la temporada no solo celebra la belleza de esta planta mexicana, sino también el trabajo de cientos de floricultores que, durante meses, cultivan pacientemente cada tallo para que florezca justo a tiempo. Comprar una nochebuena capitalina es más que una tradición: es un gesto de apoyo a la economía local y un homenaje a quienes preservan un oficio que florece entre el agua y la tierra de las chinampas.


Zócalo y Chapultepec: epicentros de la Navidad

Este año, los principales puntos de venta se ubican en dos de los lugares más icónicos de la ciudad.
En el Zócalo capitalino, la Verbena Navideña se convertirá en un jardín efímero lleno de nochebuenas, donde visitantes y familias podrán adquirir sus flores mientras disfrutan del ambiente festivo, los juegos y la iluminación.

Por su parte, en el Bosque de Chapultepec, la Puerta de los Leones albergará un mercado especial en el que se ofrecerán plantas de diferentes tamaños y especies, cultivadas directamente por productores locales. Será una oportunidad perfecta para combinar un paseo por el bosque con la compra de flores que llenarán de vida balcones, patios y ventanas.

Además de estos espacios emblemáticos, la venta se extenderá a distintos mercados y ferias florales de la capital, asegurando que cada rincón de la CDMX pueda vestirse de rojo esta temporada.


Una flor que cuenta la historia de México

La nochebuena —de nombre científico Euphorbia pulcherrima— no solo adorna las fiestas decembrinas; también es un símbolo de identidad nacional. Originaria de México, esta flor fue cultivada desde tiempos prehispánicos y utilizada en rituales dedicados al sol y la renovación. Su presencia en las celebraciones modernas conserva ese mismo significado: vida, esperanza y renacimiento.

Hoy, más de 250 productores capitalinos continúan esa tradición ancestral, combinando técnicas agrícolas con prácticas sostenibles para mantener vivo uno de los emblemas naturales más queridos del país. Detrás de cada nochebuena hay historia, paciencia, oficio y una conexión profunda con la tierra.


Tradición, comunidad y esperanza

La campaña de venta de nochebuenas de este año simboliza algo más que el inicio de la Navidad: es un recordatorio de que la ciudad puede florecer desde sus raíces. Los cultivos en Xochimilco y Tláhuac no solo producen flores, sino también comunidad, economía y orgullo local.

En una metrópoli donde el concreto avanza, las nochebuenas llegan como una pausa luminosa: un respiro de color, una tradición que une generaciones y un testimonio de que la belleza natural aún florece en el corazón urbano.

Así, cuando camines por el Zócalo o por Chapultepec y veas ese rojo encendido multiplicarse bajo el sol, recuerda que cada flor lleva un pedacito de historia, de tierra mexicana y de esperanza compartida.