En México, diciembre no es solo el cierre del calendario: es una temporada cargada de símbolos, afectos y rituales que atraviesan generaciones. Las posadas, la cena de Navidad, el intercambio de regalos y la llegada del Año Nuevo forman parte de un entramado cultural donde la convivencia pesa tanto como cualquier objeto envuelto en papel brillante. Sin embargo, en un contexto económico cada vez más consciente, surge una pregunta inevitable: ¿cuánto gastan realmente los mexicanos en las fiestas decembrinas?
Un estudio realizado en 2025 ofrece una radiografía clara del comportamiento de consumo durante esta temporada. Lejos de los estereotipos de gasto excesivo, los datos muestran una tendencia marcada hacia la moderación y la planeación, reflejo de una sociedad que busca celebrar sin comprometer su estabilidad financiera. Para la mayoría de los mexicanos, la clave no está en gastar más, sino en gastar mejor.
Celebrar con medida: el presupuesto real de las fiestas
De acuerdo con los resultados, la gran mayoría de los mexicanos destina un presupuesto limitado a las celebraciones decembrinas, manteniéndose dentro de rangos accesibles. Aproximadamente siete de cada diez personas planean gastar una cantidad moderada que cubre lo esencial: alimentos para la cena, algunos regalos significativos y pequeños detalles que acompañan la celebración.
Este comportamiento revela una transformación silenciosa en la manera de vivir diciembre. El gasto se concentra principalmente en la comida y la convivencia, mientras que los regalos tienden a ser menos numerosos, pero más pensados. En muchos hogares, el intercambio simbólico —una carta, un detalle hecho a mano, una experiencia compartida— comienza a ganar terreno frente al consumo impulsivo.
¿En qué se va el dinero decembrino?
El estudio muestra que el principal rubro de gasto sigue siendo la cena navideña y de fin de año. Ingredientes tradicionales, platillos especiales y reuniones familiares representan el corazón de la inversión. En segundo lugar aparecen los regalos, especialmente para niñas y niños, seguidos por gastos relacionados con decoración, bebidas y celebraciones sociales.
Un dato revelador es que cada vez más personas planean sus compras con anticipación, aprovechan ofertas previas y evitan endeudarse. Las tarjetas de crédito se utilizan con mayor cautela y el pago en efectivo o débito sigue siendo predominante, lo que habla de una relación más consciente con el dinero durante estas fechas.
Alejandro Sena, director general de Dinero.mx, señala que esta temporada “representa una derrama económica para las finanzas del país, pero también mete en apuros al bolsillo de las personas que festejan sin tener considerado un presupuesto previo”. Con esta advertencia como punto de partida, la plataforma reunió datos sobre cuánto desembolsan realmente los mexicanos en posadas, cenas y fiestas navideñas.

De acuerdo con información de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el 77% de la población participa cada año en al menos una reunión decembrina, ya sea posada, cena familiar o encuentro entre amigos. Ese entusiasmo festivo se refleja en el gasto: la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) estima que los mexicanos destinan entre 11 mil y 19 mil pesos a estas celebraciones, considerando regalos y encuentros múltiples.
El costo de una posada también va al alza. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reportó que, el año pasado, organizar una reunión para diez personas tuvo un precio promedio de 8,700 pesos. Dinero.mx detalla que los rubros que más consumen el presupuesto son la comida (alrededor de 3 mil pesos), bebidas alcohólicas (2,600 pesos), botanas (1,000 pesos), decoración (1,000 pesos), además de velas y luces de bengala (600 pesos). Incluso la clásica piñata suma otros 500 pesos.
Más allá del consumo: el valor de lo compartido
Lo más interesante de este panorama no es la cifra final, sino lo que revela sobre la cultura mexicana actual. En un país donde la Navidad y el Año Nuevo tienen un profundo significado emocional, la celebración no depende del tamaño del gasto, sino de la calidad del encuentro.
Las familias mexicanas parecen coincidir en algo esencial: diciembre es para reunirse, agradecer y cerrar ciclos. El estudio confirma que, incluso en tiempos de ajustes económicos, la tradición se mantiene viva, adaptándose a nuevas realidades sin perder su esencia.
Una forma mexicana de celebrar
El gasto decembrino en México no responde únicamente a la lógica del consumo, sino a una visión más amplia donde la comunidad, la mesa compartida y el tiempo juntos siguen siendo protagonistas. En lugar de excesos, predomina una celebración íntima, consciente y profundamente humana.
Así, las fiestas decembrinas continúan siendo un espejo de lo que somos: un país que sabe celebrar con calidez, incluso cuando el presupuesto es limitado.

