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Los descubrimientos más importantes del INAH
Para muchos países la labor que ha llevado a cabo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante 84 años, es suprema. Además de proteger el patrimonio cultural de México, motivo de orgullo en todo el mundo, es una institución pionera de la antropología y la arqueología en el desarrollo de la nación que se construyó a partir de la Revolución Mexicana.
De ahí, que te dejamos con los hallazgos arqueológicos que son los tesoros más importantes que se han encontrado en México.
Coyolxauhqui
La piedra de Coyolxauhqui es uno de los descubrimientos más impresionantes que ha hecho el INAH. Este monolito fue descubierto el 21 de febrero de 1978, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y nos reveló la asombrosa imagen de la diosa de la luna. Fueron trabajadores de la hoy extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que reportaron el hallazgo de lo que en aquel tiempo conformaba la esquina de las calles Guatemala y Argentina.
Chactún
NOTIMEX/FOTO/INAH/COR/ACE
Chactún es la ciudad perdida de los mayas, hallada en el 2013 al norte de la Reserva de la Biósfera de Calakmul, en Campeche, y que data de los años 600 a 900 dC. De acuerdo con el equipo de arqueólogos que realizó el hallazgo, esta ciudad era el centro rector de una región de más de 3,000 kilómetros cuadrados y está conformada por tres conjuntos en los que se ubican distintas construcciones piramidales, así como dos juegos de pelota y sobre todo, una gran cantidad de estelas y altares que sugieren la importancia que tenía el complejo para las comunidades que habitaban a su alrededor.
Naia
En 2007, un equipo de buzos del Proyecto de Espeleología de Tulum encontró en el sistema de cavernas Sac Actun, una fosa a 40 metros de profundidad y un esqueleto de entre 12,000 y 13,000 años de antigüedad, el más antiguo en el continente americano, al que llamaron Naia, el cual revela la evolución de los primeros habitantes del continente después de la migración desde Asia hacia América a través de lo que entonces era el Puente de Tierra en Bering.
Templo Mayor
Después del descubrimiento de la Coyolxauhqui, las excavaciones de dieron pie al hallazgo de la escalinata principal del Templo Mayor, lugar en el que Axayácatl, sexto gobernante de Tenochtitlan y padre de Moctezuma II, la había depositado entre los años 1469 y 1481. Tras el hallazgo, se delimitó un área de 40 mil metros cuadrados donde se puso en marcha una de las excavaciones arqueológicas más importantes y productivas del siglo XX, que a la fecha continua: el Proyecto Templo Mayor.
Huey Tzompantli
En 2015 se encontró el Huey Tzompantli de Tenochtitlán, una estructura en la que los mexicas exhibían las cabezas de sus adversarios caídos, así como de los perdedores en el juego de pelota; en un predio ubicado en la calle República de Guatemala 24, por el equipo del Programa de Arqueología Urbana del Templo Mayor de Tenochtitlan.
Esta estructura se encuentra frente al templo dedicado a Tláloc y a Huitzilopochtli, como se ilustra en el Códice Matritense, lo que corrobora la veracidad de las fuentes históricas que se originaron después de la Conquista española.
Templo de Ehécatl
Las obras de la red de transporte público del metro, permitieron recuperar más de 20 mil objetos que datan de la prehistoria al siglo XX. Uno de los hallazgos más importantes en estas excavaciones, fue el templo dedicado a Ehécatl, en la estación del metro Pino Suárez. El adoratorio a Ehécatl, que es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl como deidad del viento, se encuentra en las entradas del metro Pino Suárez, de la Línea 1 hacia el pasillo de correspondencia de la Línea 2, además de que se convirtió en la iconografía de la estación.
Tesoro de Moctezuma
En 1981 fue descubierto un lingote de oro, que habría pertenecido al llamado Tesoro de Moctezuma, que intentaron robar los españoles. En la llamada Batalla de la Noche Triste, en la que los mexicas derrotaron a los españoles, quienes salieron huyendo de Tenochtitlan, en 1520, los europeos lo hicieron con un botín de oro en forma de láminas, entre otras cosas. El 13 de marzo de 1981, al norte de la Alameda Central, se halló en la ruta de fuga de los españoles, una barra metálica que fue bautizada como Tejo de Oro.