En 2001 la Secretaría de Turismo implantó un programa en el que se reconocía a ciertas zonas de la República Mexicana en las que se ha preservado su riqueza natural y cultural en cuanto a estética, tradiciones y acontecimientos históricos refiere. Pueblos Mágicos fue su maravillosa denominación; sin duda perfecta, ya que son estas localidades pequeños paraísos en los que se es posible escapar por un rato de la urbanidad y la celeridad capitalina.
Un Pueblo Mágico posee grandes atributos simbólicos, leyendas, historia, cotidianidad; magia a fin de cuentas que emana de cada uno de sus paisajes hermosos y estructura provincial única. Ya sea para conocer sobre sus manifestaciones socio-culturales o simplemente para disfrutar de su maravilla estética en modo turístico, visitar estos espacios es una opción obligada para quien quiera conocer el verdadero espíritu de México.
Anteriormente enlistamos algunos de estos paraísos, cercanos a la Ciudad de México, que fácilmente puedes visitar un fin de semana. La lista queda corta y por ello hemos realizado otro post para ampliar la recomendación pero sobre todo tus opciones sobre qué hacer contiguo a la capital.
Tepoztlan, Morelos
La tierra del misticismo. Tepoztlán es uno de los sitios más hermosos cercanos a la capital donde se puede casi respirar el híbrido entre lo prehispánico y lo colonial inmerso entre parajes asimétricos edificados por la naturaleza. Al pueblito le adornan calles empedradas e innumerables objetos de artesanía folclórica. Una de sus fascinantes peculiaridades es que su estructura geológica provoca una cadena de montañas pedregosas repletas de vegetación, mucho más verdosas y nubosas en época de lluvias. Las extrañas formas irregulares de éstas, así como los restos de la pirámide construida en la cima de la montaña “el Tepozteco” le dotan de un tinte inexplicablemente deleitoso.
Valle de Bravo, Estado de México
Uno de los paraísos más visitados por habitantes de la capital. Podría decirse que Valle, nivel de naturaleza, lo tiene todo: una hermosa cuenca (la del río de las balsas) que también forma parte de su inmenso lago y majestuosos valles que se ondulan seductivamente en a mirada si te animas a soltarte desde un parapente, actividad que se practica con frecuencia en la región. Es famoso desde los años 70, ya que aquí se realizó uno de los conciertos más importantes para la música psicodélicade la capital de entonces: el Festival de Rock y Ruedas Avándaro. Es también un máximo lugar de relajación, sobre todo para los partidarios del budismo pues entre sus paisajes espesos y de muy difícil acceso, se encuentra la primer estupa en México y la más grande de occidente.
Ixtapan de la Sal, Estado de México
Es en Ixtapan donde puedes encontrar un sitio de relajación para la familia, en compañía de deliciosos manantiales de aguas termales (que además tienen propiedades curativas). Por su temperatura (unos 18 grados centígrados), este lugar se ha hecho famoso mediante innumerables balnearios que confluyen entre pasajes jacarandosos. Aquí también se encuentra una zona arqueológica: Malinaltenango, o muralla torcida.
San Pedro Cholula, Puebla
Es uno de los asentamientos más antiguos del país. Se cree que fue habitado por lo menos desde el Preclásico medio mesoamericano, por lo que innumerables vestigios arqueológicos se encuentran distribuidos en toda su zona. La famosa zona de Tlachihualtepel (o cerro hecho a mano) es una de ellas. Se trata nada menos que del basamento piramidal más grande del mundo, producto de siete pirámides superpuestas. En Cholula existe casi en cualquier rincón simbología y monumentos prehispánicos que aluden en todo momento a la religiosidad de los antepasados.
Tula, Tamaulipas
La arquitectura del periodo porfiriano fluye en cada una de sus calles, e incluso posee algunos prominentes edificios del siglo XVIII y XIX en su Centro Histórico. En aquella época, fue uno de los primeros sitios en renovarse en la industria, el comercio y la agricultura, por lo que la hermosa vista de sus campos de cultivo, contrastan espontáneamente entre más de cuatrocientas instrucciones consideradas como históricas. A pesar de que no es un pueblo mágico tan cercano a la ciudad de México, recomendamos visitarlo ya que aquí también se encuentra una pirámide prehispánica de nombre Cuizillo, muy diferente a cualquiera que se pueda avistar en la República.
San Miguel de Allende, Guanajuato
Un sitio altamente prestigiado por su inesperada arquitectura barroca que se desdobla entre pequeños cerros pueblerinos. Es considerada por críticos del mundo gracias a su gran aportación cultural y belleza arquitectónica, de ahí que recientemente cambió su título “oficial” como pueblo mágico a la mejor ciudad turística del globo. San Miguel destacó prominentemente en la guerra de independencia. Su nombre honra a uno de los líderes clave de aquella época: Ignacio Allende. Gran parte de su auge turístico se le debe a las alucinantes iglesias con fachadas de cantera, especialmente la Parroquia de San Miguel Arcángel, de tonos rosados que acentúa en toda su geometría las técnicas de la arquitectura neogótica.
Patzcuaro, Michoacán
Es el pueblo de los indígenas purépechas por excelencia. Sus lares verde-azules son tan poéticos como el significado de su nombre mismo: Donde están las piedras (los dioses) a la entrada de donde se hace la negrura (negrura que alude a su lago, símbolo de la puerta de entrada al cielo: el inframundo, para los primeros nativos de la región). El pueblito aún conserva su arquitectura colonial, que contrasta con hermosos islotes dentro de su cuenca y una acentuada gastronomía prehispánica que sus turistas están obligados aprobar.
Malinalco, Estado de México
Un poblado colonial coronado por el Cerro de los Ídolos, que corresponde a su vez con un santuario prehispánico tallado sobre la misma roca. Era un adoratorio monolítico donde se hacían ritos dirigidos a Huitzilopochlti, el dios del Sol. Hay además otros 35 vestigios arqueológicos. En esta zona, al igual que en muchas partes de la república mexicana más alejadas de las ideas urbanocapitalinas, se practica el uso de hongos de manera legal -principalmente por maestros chamanes-, para curar el cuerpo, el alma y la mente.
Para más información sobre la relación completa de pueblos mágicos en México, visita aquí.
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